El fútbol uruguayo nuevamente se vistió de luto en los últimos meses de este año, luego que el futbolista de 14 años de Montevideo City Torque, Geral Froste, fuera asesinado de un impacto balístico en medio de las celebraciones navideñas.
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Froste, arquero del club de Montevideo, quien anoche fue “víctima de un balazo al tratar de intervenir en una pelea en la que estaba involucrada su madre”, en el sector de Nuevo Ellauri, según informó el noticiario charrúa de Telenoche.
Nuevo luto en el fútbol uruguayo
El impacto balístico, indicaron en el noticiario, alcanzó “el pecho y abdomen de Froste”, quien tras ese fulminante disparo perdió inmediatamente la vida a pesar de los esfuerzos de su padre, quien “desesperado, lo llevó hasta un centro médico, donde a pesar de los esfuerzos de los especialistas falleció debido a la gravedad de las heridas producidas por los impactos de bala”.
El deceso del adolescente provocó un gran impacto en el ambiente de fútbol profesional uruguayo y en la nación oriental, donde su propio club se manifestó a través de una sentida publicación en sus redes sociales oficiales.
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de Geral Froste, arquero de la Sub 14 del club. Acompañamos a su familia, amigos y compañeros en este momento de tristeza para todos nosotros. Hasta siempre, Geral”, escribió City Torque en su cuenta oficial de Instagram.
La tragedia familiar la expuso el abuelo del futbolista, Eriberto, quien en diálogo con el programa “Subrayado”, del Canal 10, aseguró que su nieto “es un niño que se merecía esto”.
“Yo no te puedo decir la verdad, qué pasó, no sé. Yo cuando vi a mi nieto ya lo estaban tirando para adentro de un auto para llevárselo (al centro hospitalario). Si digo algo voy a mentir y no me gusta mentir, pero que me lo asesinaron mal, me lo asesinaron mal”, aseguró.
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“Es un niño que no se merecía esto. Era un excelente botija (NdR: niño), vivía por el fútbol, por el City Torque, y por el estudio. Podés (sic) preguntar acá en el barrio a cualquiera lo que era, un pedazo de pan”, insistió.
“No había nadie que no lo quisiera, porque era un botija (NdR: niño) sano, que no tenía maldad para nada. Perder la vida así es algo muy desarmante, te desarma. La verdad”, finalizó.
La muerte de Froste ocurre tan sólo cuatro meses después de otro trágico episodio para el balompié charrúa, que el pasado 27 de agosto sufrió con el deceso del defensor Juan Izquierdo, quien con 27 años sufrió una arritmia cardiaca durante la disputa de un partido de Copa Libertadores entre Nacional de Montevideo y Sao Paulo, en Brasil.