Argentina fraguó su primer título planetario de fútbol en 1978, con la Copa del Mundo organizada bajo la siniestra escenografía de una dictadura que gastó 700 millones de dólares para financiarla y cuya historia aún es objeto de investigación y cuestionamiento. Ese fútbol como genuina pasión popular y expresión política queda retratado en la recién estrenada serie “Argentina 78” de Disney, que revisita un episodio memorable en sus distintos niveles, desde el fervor en la cancha al horror de los abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos en ese país mientras gobernaba la junta militar de Jorge Rafael Videla.
La producción del documental, nutrido de entrevistas a imágenes inéditas, se basó en el libro “Argentina 1978: Historia oral del Mundial”, del periodista y abogado Matías Bauso. En cuatro episodios, la cinta intenta reconstruir cómo fue posible organizar un mundial “que disfrazó a un país quebrado en uno que parecía unido a los ojos del mundo”, según grafica el autor.
Con testimonios actuales de varios protagonistas directos, como el seleccionador César Luis Menotti, los exjugadores Daniel Pasarella y Mario Kempes, el periodista Víctor Hugo Morales y el líder de los Montoneros, Mario Firmenich –entre otros-, el relato sondea en hitos fundamentales en torno al Mundial, desde que Menotti asume el 74 un plan a largo plazo, pasando por el golpe de Estado de 1976, la irrupción de las Madres de Plaza de Mayo clamando por sus hijos desaparecidos, la manipulación mediática en torno al evento, y los atentados para alertar sobre la situación real de represión.
Reconocido como un entrenador de izquierda, Menotti cuenta los temores de la época, aunque hoy asegura que “dentro de la cancha no cuenta Perón ni Menotti, somos once contra once”, valorando la limpieza del primer título, puesto bajo sospecha tras el 6-0 que Argentina le propinó a Perú en un resultado manchado por un supuesto soborno.
Argentina campeón, Videla al paredón
Argentina quería dar una imagen externa de paz y unión en torno al evento mientras aumentaban los desaparecidos y los presos en las cárceles y tomaba fuerza el movimiento Montoneros, liderado por Firmenich, y al que se atribuyó inicialmente el atentado mortal contra el presidente del ente a cargo de la organización, general Omar Actis.
“Argentina campeón y Videla al paredón” fue uno de los mensajes que aparecían clandestinamente en los muros y en algunos lienzos requisados en los estadios, como muestra de que aquella paz social era violenta y ficticia.
Sin embargo, la realidad siempre aflora en los conflictos sociales. “El aspecto político se comió todo”, analiza el autor del libro. “Las organizaciones de derechos humanos hicieron un trabajo muy efectivo para convertir al Mundial 78 en un espacio de memoria”.
Matías Bauso sostiene que “está la imagen de los militares envenenando todo; pero creo que no se puede explicar el Mundial 78 sin la dictadura, pero tampoco sólo desde la dictadura. El fútbol, para nosotros como sociedad, es importante, es un rasgo identitario. Si uno le quita al fútbol las cosas idiosincráticas que tiene el argentino no va a entender qué sucedió y por qué todos los gobiernos posteriores a la dictadura, con la excepción de Alfonsín, intentaron utilizar el deporte en beneficio propio".
Contextualizar la situación sociopolítica del Mundial de Argentina representa una virtud esencial de la docuserie para entender –con la fuerza de testimonios e imágenes potentes- cómo la selección de Menotti hizo vibrar al país aunque, en rigor, nunca pudo disfrazar la tragedia real detrás de esa fiesta popular…