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Jarry asegura haber padecido un duro año en el tenis tras ser diagnosticado con neuronitis vestibular: “Podría haberme quedado sin jugar por el resto de mi vida”

“Fue una mezcla de emociones (…) muy batallado mentalmente. Yo creo que ha sido el más difícil de mi vida”, dijo.

El tenista nacional sinceró lo difícil que fue este año en su carrera deportiva luego de detectar que padecía de neuronitis vestibular.
Nicolás Jarry. Fuente: Instagram @nicojarry por @chengduopentennis @atptour.

Nicolás Jarry (36° ATP) reconoció que este 2024 fue el año más complicado que le tocó enfrentar en su carrera profesional en el tour del tenis profesional, y que en algún momento incluso llegó a pensar que podría haberse “quedado sin jugar por el resto de mi vida”, luego de ser diagnosticado con una neuronitis vestibular.

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El segundo mejor tenista de la actualidad en el país se sinceró este jueves en una íntima conversación con el sitio web del ATP, donde no sólo habló de su afección de salud, sino que abordó una temporada en la que alcanzó momentos de alto rendimiento, con sus triunfos sobre el español Carlos Alcaraz (3°) en el abierto de Buenos Aires a inicios del año o al llegar a su primera final de un torneo Masters 1000, en Roma; y otros para el olvido, como sus seis derrotas consecutivas en primeras rondas o su negativo récord de cuatro reveses en las fases preliminares de los Grand Slam de este año (Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open).

El complicado año de Nicolás Jarry

“Es bien rico estar en casa después de dos meses, y después del año movido que he tenido, pero con muchas ganas de descansar y también de entrenar. De recargarme lo máximo posible para la pretemporada y después para el próximo año”, indicó.

“El año fue una mezcla de emociones. Fue un segundo semestre muy batallado mentalmente, pero también crecí como ningún otro. Yo creo que ha sido el año más difícil de mi vida”, aseveró Jarry, quien incluso reconoció que esta temporada le resultó la más compleja desde lo emocional y deportivo.

Tranquilamente podría haberme quedado sin jugar tenis por el resto de mi vida, y por eso estuve lidiando con muchas sensaciones

—  Nicolás Jarry

“Me ha sido mucho más duro que el 2020 con la suspensión, aunque ese haya sido mucho más dramático, pero en general este fue más batallado ya desde la primera semana del año. No empezó muy bien con mi hijo con Covid-19, teniendo que llevarlo a la clínica en Australia. Después, perdiendo un partido muy batallado ahí, y luego teniendo que lidiar con cosas del tenis y distintas presiones”, contó.

“La segunda mitad del año vino la lesión del sistema vestibular. Pero también mucho enseñanza, aprendizaje, mejora, y, con lo difícil que ha sido, logré encontrar tranquilidad para apreciar toda mi vida el tenis”, dijo.

“Creo que tranquilamente podría haberme quedado sin jugar tenis por el resto de mi vida, y por eso estuve lidiando con muchas sensaciones”, recordó el tenista nacional, quien expuso las particularidades de su afección de salud. Una “lesión muy diferente a todas”.

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“Cuando uno tiene dolor de hombro, uno tiene dolor de hombro y no puede sacar y no puede competir y no entras a la cancha y listo. Pero en mi caso, yo tenía que tener paciencia y tenía que seguir haciendo mi vida normal, pero de una manera totalmente diferente”, reveló.

“He sacado muchísimo aprendizaje y estoy muy contento con todo lo logrado fuera de la cancha. Todo el crecimiento que tuve me da mucha motivación para el próximo año y más sabiendo que este creo que fue mi segundo mejor año de mi vida como tenista, en cuanto a ranking y prácticamente jugué un solo semestre. Por eso me da una confianza nueva y me da una motivación grande para soñar”, agregó.

Nadie sabe cómo seguirá, todos los días voy mejorando y creo que está pudiendo ser algo más normal para mí

—  Nicolás Jarry

“Tuve que bajar mi exigencia cuatro mil revoluciones. Porque si no, no podía (…) iba a entrar en una depresión y hubiera sido mucho peor (…) y ahora puedo decir que terminé el año contento, que era un objetivo, tranquilo, disfrutando de la vida, de mi profesión y de mi familia”, apuntó.

“Nadie sabe cómo seguirá, todos los días voy mejorando y creo que está pudiendo ser algo más normal para mí, de tener la visión bien, poder seguir la pelota y leerla, qué pelota viene, a cuánta velocidad, etcétera. Al final, tuve el año que tuve, con cuatro resultados y es mi segundo mejor año de mi vida”, reflexionó.

“Por suerte tuve a mi familia que me ha ayudado un montón. No creo que la hubiera pasado muy bien con todo esto, viajando solo (…) reírme muchos con mis hijos, con mi mujer, me ha permitido salir de la sobre exigencia del tenis”, finalizó.

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