El fútbol brasileño vive una época de contrastes. A nivel de selección, está pasando por una de las peores etapas de su historia, quizá la más oscura, mientras que en el ámbito de los clubes presenta un dominio nunca antes visto.
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Si bien el “Scratch” ganó la Copa América del 2019 como local, hace un buen rato que en el concierto planetario se ha quedado atrás. De hecho, desde que fue campeón mundial en Corea del Sur / Japón 2002, siempre fue eliminado en los cuartos de final del torneo orbital, salvo en el 2014, en casa, donde remató cuarto, luego de la recordada paliza de 7-1 que le propinó Alemania.
Esa humillación de los germanos parece haber marcado un antes y un después en la confianza de la “Verdeamarela”. Es más, posteriormente perdió la definición del certamen continental del 2021 ante su archirrival, Argentina, en el mítico Maracaná, mientras que en las actuales Clasificatorias sudamericanas cedió el invicto histórico que tenía como anfitriona en procesos eliminatorios, cayendo frente a la propia “Albiceleste” en el mismo estadio.
Recién en la última doble fecha Fifa pudo enmendar el rumbo hacia la Copa del Mundo del 2026 en Norteamérica. Claro, se aprovechó de los aproblemados combinados de Chile y Perú, que marchan colistas en la tabla.
Clave en esta recuperación fueron las dos figuras del equipo sensación del Brasileirao por estos días, el Botafogo. Igor Jesus anotó el 1-1 parcial contra la “Roja” en el Nacional, mientras que su compañero Luiz Henrique convirtió el gol de la victoria por 2-1 en Ñuñoa y, en el partido siguiente, cerró el 4-0 sobre los “incaicos” en Brasilia.
Dominio total en la Libertadores
Después de su participación con la “Canarinha”, los dos cracks del “Fogao” volvieron a su club igual de encendidos. El cuadro de Río de Janeiro no solamente está puntero en la Serie A brasileña, con una unidad de ventaja sobre el Palmeiras tras 30 de 38 fechas disputadas, sino que durante la noche del miércoles prácticamente selló su clasificación para la finalísima de la Libertadores, al vapulear como anfitrión a Peñarol por 5-0.
Luiz Henrique se robó la película, con un tanto y una asistencia. El zurdo pasó sin pena ni gloria por el Betis, que en el 2022 lo compró al Fluminense en 10,4 millones de euros y a principios de este año lo vendió al Botafogo en 12 millones de la divisa europea, generando el enojo de Manuel Pellegrini.
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Más allá de los casos particulares, en lo general, los elencos de Brasil siguen ratificando su hegemonía en el balompié sudamericano. Claro, porque se encaminan hacia una nueva final coterránea del máximo evento del continente, pues el martes, el Atlético Mineiro también aplastó a River Plate, con un categórico 3-0 en Belo Horizonte.
De consumarse estos resultados la próxima semana en Uruguay y Argentina, respectivamente, sería la cuarta definición copera entre conjuntos del país pentacampeón mundial en las últimas seis ediciones y, además, el sexto título consecutivo, ya que en el 2019, el Flamengo se impuso al “Millonario” en Lima, mientras que en la versión pasada, el “Flu” venció a Boca Juniors en el Maracaná. Jamás se ha visto una seguidilla así y, aparte, sería el 24º trofeo para esa nación, quedando a sólo uno de los transandinos.
En la Sudamericana hay algo más de equiparidad, ya que si bien los brasileños han llegado al duelo decisivo en los tres años recientes, apenas ganaron uno. El miércoles, Cruzeiro empató 1-1 como local con Lanús, mientras que anoche jugaban Corinthians y Racing en Sao Paulo, por la ida de las semifinales.
Crecimiento al alero de las SAF
La explicación de este contraste entre el “Scratch” y los clubes brasileños es clara en ese país. Por un lado, “la selección está recién este año empezando su ciclo para el Mundial del 2026″, comenta el periodista Vinícius Faustini, ya que Dorival Júnior asumió en enero y “tendrá problemas para llegar al mejor equipo, tanto por tener un año menos de trabajo, en virtud de la desorganización de la Confederación Brasileña de Fútbol en el 2023, como por los problemas físicos o el mal momento de cracks como Vinícius, Rodrygo y Neymar. Es difícil llegar a un equipo ideal, pero los últimos partidos indicaron un camino posible”.
En relación al dominio continental de los cuadros locales, el comunicador cuenta que esto se potenció desde el 2021, cuando se creó la Ley de Sociedades Anónimas del Fútbol (SAF). “El poderío financiero es muy grande en comparación con los demás sudamericanos. En el 2024, está en las semifinales un Botafogo que ha recibido un aporte gigante desde que se tornó en SAF. Atlético Minero, a su vez, antes de ser SAF, recibía ayuda financiera muy fuerte y ya tenía grandes equipos. Esto tiene que ver con las inversiones en Brasil”, complementa.