A poco más de una semana de que se inicien oficialmente los Juegos Olímpicos de París 2024, la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, cumplió una promesa y se dió un chapuzón en el río Sena junto al presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos, Tony Estanguet.
Todo esto, para demostrar que las aguas del río parisino están totalmente aptas para las diversas competencias acuáticas que se realizarán en ese lugar y una respuesta para las críticas ante la suciedad del Sena y las dudas de su salubridad que podía poner en riesgo a los deportistas.
Según indicó EFE, el baño en el Sena es una prueba que las aguas están “frescas” y “muy agradables”, según dijo la propia alcaldesa, y que están aptas para acoger las pruebas olímpicas de natación en aguas abiertas.
A nueve días de la ceremonia inaugural, que también se celebrará en el Sena, siendo la primera apertura olímpica celebrada fuera de un estadio, Hidalgo cumplió la promesa que realizó hace meses y que tuvo posponer en varias ocasiones.
La preparación de París para el inicio de los Juegos Olímpicos?
“Finalmente hoy estamos contentos de ver que lo hemos conseguido (…) Por supuesto que va a permitir las pruebas de los Juegos Olímpicos, por supuesto que va a permitir el baño el próximo año. Es un legado importante”, destacó Hidalgo tras haberse zambullido y nadado en el río.
Acompañando a la alcaldesa y a Estanguet, estuvieron en el agua el concejal de Deportes del Ayuntamiento de París, Pierre Rabadan, y por el prefecto (delegado del Gobierno) de la región parisina de Île-de-France, Marc Guillaume.
La apuesta por el Sena rindió sus frutos para celebrar la prueba de natación del triatlón, el 30 de julio para los hombres, el 31 para mujeres y el 5 de agosto para el relevo mixto, así como los maratones de aguas abiertas femenino y masculino del 31 y el 5 de agosto.
El acto forma parte de los esfuerzos para mostrar la mejora de la limpieza del río, que albergará las pruebas de natación en aguas abiertas, antes de la cita olímpica, que arranca el 26 de julio. A principios de junio, los análisis diarios de la calidad del agua mostraron niveles no seguros de la bacteria E. coli, algo que ha mejorado recientemente.
