Una serie de alertas respecto de su futuro en el fútbol profesional entregaron este martes unos especialistas médicos al actual delantero chileno de Estudiantes de La Plata, Javier Altamirano, quien sufrió un desvanecimiento por una trombosis durante el partido que su equipo disputó ante Boca Juniors, por el campeonato argentino.
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Altamirano debió ser trasladado de urgencia hasta un centro asistencial de La Plata para ser internado y evaluado de su evento cerebral, que hasta el día de hoy lo mantiene en observación.
Si bien los recientes reportes médicos entregados por su club han dado cuenta de una “mejoría” en el cuadro de salud del delantero formado en Huachipato, algunos neurólogos consultados por El Mercurio pusieron sus alertas en torno al proceso de recuperación del chileno.
El futuro de Javier Altamirano
“Habitualmente una trombosis venosa cerebral, si es que no hay una causa que la provocó, requiere entre tres y seis meses de anticoagulante y eso lo inhabilitaría de competencia. Lamentablemente, la gran complicación del anticoagulante es el hecho de poder sangrar”, explicó el facultativo médico Christian González, quien expuso que si el tratamiento que deberá seguir una vez que sea dado de alta es de por vida, lo más probable es que el jugador deba dejar la actividad.
“Hay pacientes que tienen condiciones de tipo genética como causa. Y muchos de esos pacientes quedan anticoagulados por largos períodos, o de por vida”, anticipó el profesional del Instituto Neurológico de Santiago.
Otro profesional médico, Manuel Espíndola, cirujano vascular y endovascular de la Clínica Universidad de Los Andes, también apuntó a un “tratamiento de por vida” considerando el cuadro presentado por Altamirano.
“Lo más frecuente que nos toca ver es la trombofilia. Y un joven como él (de 24 años) lo más probable es que tenga trombofilia. Con ese diagnóstico, el tratamiento con coagulantes es de por vida y no puede nunca más jugar fútbol, ni siquiera un deporte de alta competencia”, adelantó.
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En la misma línea, Jorge Villacura, neurólogo de la Clínica Dávila, apuntó que en el caso del futbolista nacional “el estudio de trombofilia es clave”.
“Si no se encuentra la causa, se trata con anticoagulantes durante tres a seis meses, incluso un año. Ese es el mejor escenario. El peor es que requiera anticoagulantes de por vida. Ahí tiene que cambiar de carrera”, cerró.