El último fin de semana de febrero, la Primera B arranca su campeonato. Y, en este torneo, el mapa del ascenso se modifica, sumando ciudades y, sobre todo, equipos que no están en el consciente de los fanáticos del fútbol. Por ejemplo, Limache.
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Durante años, la ciudad ubicada en la Provincia de Marga Marga fue el centro de operaciones de la Compañía de Cervecerías Unidas y alcanzó fama por la calidad de sus productos, salidos de instalaciones donde las innovaciones y los avances tecnológicos -como la primera maquinaria para tapar las botellas- eran el sello. Por eso, al equipo de fútbol de la cuidad del interior de la Región de Valparaíso lo asocian a la bebida de cebada. Aunque, claro, también se les apoda por otro producto que, ese sí hasta hoy, es característico de la zona: los tomates.
Limache, los “Cerveceros” y el “Tomate Mecánico” son nombres a los que habrá que acostumbrarse. O, al menos, eso espera la familia Villegas, que encabeza un proyecto atípico en el panorama local, donde el privilegio del proyecto deportivo parece olvidado.
Y eso lo confirma Víctor Rivero, el técnico que ascendió a los “Cerveceros” desde la Segunda División Profesional y quien es, a la sazón, yerno del dueño del club.
“Es un club atípico, porque se desarrolla por la pasión de la familia por el fútbol y no por el negocio”, asegura el exarquero, quien ya tuvo la experiencia de trabajar con su suegro. De hecho, debutó como entrenador principal en San Luis, guiando al ascenso a los “Canarios” en la temporada 2014-15, cuando el mismo César Villegas controlaba el cuadro quillotano. “Ahora, la familia necesitaba dar el salto de calidad luego de siete años en la propiedad de Limache”, y Rivero asumió el desafío. Y con éxito.
Para esta temporada, han sumado 18 incorporaciones, entre las que se anotan nombres importantes, como el de Felipe Flores o Francisco Silva. De hecho, el “Gato” quiso sumarse a este proyecto “por amistad con la familia, pero motivado por aportar desde donde le toque”, confidencia el DT.
Además, se han sumado talentos internacionales que bien podrían estar en equipos de Primera, como el arquero Milton Álvarez, quien defendiera a Independiente y Quilmes. Para sumar a los cinco extranjeros, el club recurrió a la misma agencia que tanto éxito le reportó a Coquimbo Unido la temporada pasada con sus foráneos.
“Es un proyecto a tres años, pero estamos conformando un plantel competitivo y nos preparamos por si esos tiempos se adelantan”, redondea el entrenador.
