Vicente Almonacid reconoció que sólo gracias a la ovación y griterío de los hinchas chilenos que lo apoyaron en la competencia de 200 metros combinados categoría S8, supo del hito deportivo que consiguió este jueves en los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, al sumar la medalla de oro número 13 del Team Chile.
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El deportista nacional, uno de los dos abanderados de la delegación chilena paralímpica en los juegos, se impuso al favorito atleta mexicano Luis Armando Andrade, por poco más de un segundo, en una competencia a la que llegó inspirado gracias a la canción “Eye of the tiger”, de la banda Survivor, y que se convirtió en un clásico gracias a ser el tema principal de la película “Rocky III”.
El oro de Almonacid para Chile
“Es mi cábala, tengo el tigre tatuado en el brazo, y es lo que me representa”, reconoce Vicente, quien en conversación con lun.com asume que su sprint final hizo que su carrera de este jueves fuera “demasiado emocionante”, tanto para él como para el público que lo apoyó en el Centro Acuático del Estadio Nacional.
“Fue una carrera demasiado emocionante. Apostamos a pasarlo de pecho con la mayor cantidad de metros posibles. Luis Armando, el mexicano, es muy rápido en crol (estilo libre). Toda la gente en las gradas fue impresionante”, señaló Almonacid, quien tras el triunfo no evitó recordar algunos comentarios que escuchó en los días previos al torneo, cuando no pocos mencionaban que ser abanderado de Chile en los juegos “era mufa”. Algo que tanto él como Tamara Leonelli, la tenismesista y también abanderada del país, echaron por la borda al conseguir preseas en cada una de sus disciplinas.
“Ella cumplió hace unos días y ahora confirmo eso. Muchas veces me dijeron que ser abanderado era mufa, creo que así se despejaron todas las dudas. Si bien no me lo dijeron directamente, escuché comentarios por ahí. Pero realmente no pesco. Llevara la bandera o no, el trabajo viene de hace meses. Uno no gana porque sí, gana porque entrenó, no son casualidades”, puntualizó Vicente, quien recién se enteró de su proeza al escuchar los vítores y aplausos de los cientos de hinchas nacionales que no dejaron de apoyarlo en la competencia.
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“Yo soy un poco piti, no veo mucho, y me cuesta ver para asegurarme y poder celebrar bien. Pero ya cuando escuché al público explotar y vi que realmente estaba primero, fueron muchas emociones juntas: entre alegría, que no sabía qué hacer y que estaba cansado porque el remate me llenó de lactato (compuesto orgánico que está en los músculos y en la sangre). Entre la emoción solté un poco de lágrimas en el agua y se me quedaron los lentes, jajajá. Estoy muy contento”, finalizó.