En general, la actividad física suele asociarse con un mayor bienestar y salud para quienes lo practican. Sin embargo, esta relación se vuelve más compleja en el ámbito de los deportes de alto rendimiento, donde los atletas a menudo se ven enfrentados a la difícil decisión de sacrificar su salud en pos de alcanzar un rendimiento excepcional que les permita obtener el éxito deportivo.
PUBLICIDAD
Según cifras publicadas por el medio especializado The International Journal of Sports Physical Therapy, el dolor lumbar en los deportistas tiene una prevalencia que oscila entre el 10% y el 67%, y a lo largo de su vida, sumado al periodo en que dejan de ejercitar la práctica deportiva incluso, que oscila entre el 33% y el 84%.
Raúl Smith, médico fisiatra, ha vivido de cerca la realidad a la que se enfrentan cientos de deportistas. En su experiencia, ha sido jefe médico de la Delegación Chilena en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016, en los Juegos Parasudamericanos de Santiago 2014 y en los Juegos Parapanamericanos Juveniles del 2013 y 2018, donde ha abordado en primera persona la importancia de la rehabilitación musculoesquelética y la neurorehabilitación en deportistas en situación de discapacidad.
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en deportistas de alto rendimiento?
En cada deporte puede existir el sobreuso de una extremidad que genere lesiones y que finalmente son las lesiones características de cada disciplina. Por ejemplo, en deportes de lanzamiento como el handball, la jabalina y el disco, pueden existir más lesiones en el hombro.
Entonces, ¿cuál es la posibilidad que este tipo de lesiones se transforme a un dolor crónico o prolongado?
Los deportistas de alto rendimiento al tener mayor exposición a lesiones agudas, eventualmente tienen una mayor posibilidad de que este tipo de dolor se transforme en dolor crónico porque finalmente van a ocurrir situaciones intermedias como el dolor agudo intermitente y el dolor crónico reagudizado, que podrían aumentar en intensidad o duración si el deportista no para de entrenar porque tiene planificada una competencia importante o durante la misma competencia.
PUBLICIDAD
¿Existe alguna práctica deportiva en particular que presente una mayor prevalencia de lesiones?
Los deportes de contacto van a tener un mayor número de lesiones graves como el boxeo, taekwondo o judo. Los deportes que sean de un movimiento repetitivo o asimétrico y que duren harto tiempo, van a tener una mayor propensión a lesiones por sobreuso, quizás de menor gravedad pero que estadísticamente más deportistas van a tener, como por ejemplo, el hockey, que puede generar lesiones de dolor lumbar por el movimiento simétrico al correr o al golpear, o el tiro con arco, donde el dolor se enfoca en el hombro que tensa al arco.
En relación a los deportistas que deciden dejar la actividad, ¿Se puede hablar de secuelas importantes que quedan luego de la práctica deportiva?
Sí, principalmente dada la evolución de las lesiones post alto rendimiento y también por el cambio del manejo médico quirúrgico que se ha realizado. Por ejemplo, antes con los jugadores de fútbol retiraban el menisco en las lesiones meniscales, entonces ahora lo que vemos en personas de 70 ó 80 años, incluso menos, es que con ese manejo tienen artrosis severa y necesitan recambio articular. Ahora con los protocolos de rehabilitación más estandarizados y la optimización del manejo farmacológico, ese tipo de secuelas han disminuido en los deportistas que se retiran del alto rendimiento.
En cuanto al manejo del dolor en Chile, asegura que “con equipos médicos y en general, con equipos interdisciplinarios en Chile, es muy bueno comparado con otros países, sobre todo a nivel Latinoamericano, pero siempre existe una brecha que a nosotros nos gustaría disminuir ya sea por el uso de medicamentos más cotidianos o para tener un razonamiento clínico más lógico”.
Finalmente, el especialista enfatiza que es importante poner atención al uso de antiinflamatorios en la población y que es clave “seguir educando debido a que en general hay un acceso a medicamentos antiinflamatorios que generan ciertos efectos adversos. Es fundamental consultar con el médico, porque hoy existen alternativas para enfrentar el dolor y tener una mejor calidad de vida”.