Previo al partido de Chile en Venezuela, Pablo Milad aclaró que no está en los planes cortar el proceso encabezado por Eduardo Berizzo. “No hay disposición a romper una relación contractual”, advirtió el presidente de la Anfp.
Sin embargo, la humillación sufrida en Maturín fue histórica, con la peor derrota a manos de la “Vinotinto”, que nunca le había anotado tres goles a la “Roja”. El 3-0 lo dice todo, aunque no hay que obviar las circunstancias, marcadas por los errores de Paulo Díaz y Marcelino Núñez.
El exceso de confianza del defensa, quien minutos antes había protagonizado otra mala salida, y la irresponsabilidad del mediocampista, expulsado por una tontería, centraron las culpabilidades sobre ellos. No obstante, en el marco general, el DT tampoco se salva.
Si bien el combinado nacional hizo buenas presentaciones en casa ante Colombia y Perú, afuera fue aplastado por Uruguay y los “llaneros”. Y más allá de las actuaciones, los que mandan son los números, donde el ex ayudante de Marcelo Bielsa pierde respecto a todos sus antecesores.
Tal vez la comparación más atingente sea con Reinaldo Rueda, quien, tal como el cordobés, alcanzó a dirigir cuatro duelos clasificatorios. Sus resultados fueron parecidos, aunque con matices: caídas ajustadas por 2-1 en tierras uruguayas y venezolanas, los colombianos le empataron 2-2 en la agonía y triunfo idéntico por 2-0 sobre los peruanos, estos últimos dos de local.
Esa performance eliminatoria, la misma que lleva el “Toto”, le costó el puesto al “cafetero”, quien también había tenido amistosos que dejaron un mal sabor, aunque con la diferencia de que había alcanzado las semifinales de la Copa América. La historia es conocida: ese arranque del caleño y la posterior era de Martín Lasarte derivaron en la ausencia de Qatar 2022.
En el contraste con sus predecesores, el nacido en Cruz Alta sale perdiendo. Con un 33% de rendimiento, es decir, habiendo cosechado uno de cada tres puntos disputados, queda atrás de “Machete” (35%), “Rei” (37%), Juan Antonio Pizzi (51%), Jorge Sampaoli (70%), Claudio Borghi (49%) y el “Loco” (59%).
Pese a estas cifras, hay algunos argumentos que le juegan a favor al actual seleccionador para seguir al mando, al menos hasta fin de año. El primero es que está a cargo del equipo criollo que afrontará los Juegos Panamericanos, los cuales lleva trabajando desde hace un buen tiempo.
También está el escenario de que justo después de Santiago 2023 habrá otra doble fecha de las Clasificatorias, por lo que no hay mucho margen de acción. En esa pasada de noviembre es fundamental una victoria en Santiago contra Paraguay, rival directo, considerando la compleja visita siguiente a Ecuador.
A lo anterior hay que sumarle que en Quilín las finanzas están muy menguadas como para finiquitar un contrato y salir a buscar a otro entrenador. Además, la gestión del agobiado timonel hace agua por todos lados, por lo que otro frente de preocupación no es conveniente, por lo menos hasta que termine el 2023.
