Si bien por estos días Nicolás Jarry (24° ATP) se encuentra en Nueva York, Estados Unidos, preparándose para debutar la próxima semana en el US Open, en la primera ronda del Grand Slam ante el francés Luca Van Assche (65°), hace pocos días sorprendió en sus redes sociales al presentar las primeras imágenes de Santiago, su segundo hijo nacido el sábado pasado en una clínica del sector oriente de la capital.
Un hito para Nicolás y su esposa, quien incluso dejó el torneo que disputaba para estar presente en el nacimiento de su bebé, al que recién dejó una vez que lo bautizó en una improvisada ceremonia realizada en “la misma sala de recuperación” donde su esposa se quedó en el recinto hospitalario.
El orgullo de Nicolás Jarry
Un gesto que fue valorado por el abuelo de Jarry, el también tenista Jaime Fillol, quien en conversación con lun.com destacó el sentido familiar que ha cultivado su nieto desde que formó su familia con Laura Urruticoechea.
“Lo bautizaron en la misma sala de recuperación donde Laura estaba internada, en una ceremonia muy bonita e íntima”, contó Fillol.
“La idea era que Nicolás fuera a Nueva York en buenas condiciones. Lo bueno es que se pudo hacer y la iglesia colaboró para que hubiera una excepción”, prosiguió el otrora raquetero nacional, quien reveló que su nieto disfrutó a concho cada momento desde el alumbramiento de su esposa.
“A Nicolás se le veía muy bien y contento con el nacimiento de su segundo hijo. Lo mismo Laura. Hemos hablado de cómo la vida se va traspasando de generación en generación y Nicolás se viene dando cuenta del valor que eso tiene. Todo esto le baja el nivel de ansiedad a sus resultados tenísticos. Por lo tanto, creo que va a andar bien, rindiendo de buena manera en el US Open”, confesó.
“Suena bien raro bautizar una guagua en una clínica. Igual hay que tener la autorización de la parroquia que extiende el certificado de bautismo. La ceremonia fue bien íntima, sólo con los parientes directos. Ahí se pudo apreciar cuánto estiman y quieren a esta familia que se está conformando. Tanto Laura como Nicolás lo sienten y aprecian. Eso les hace bien”, indicó Fillol, quien asume que Jarry “se está sintiendo más pleno, más adulto y también eso le baja el perfil de ansiedad al rendimiento en el tenis, porque va viendo otras cosas que llenan su quehacer diario y que también lo satisfacen”.
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“Creo que eso le dará más tranquilidad y confianza. En la medida que uno le baja el perfil al nivel de ansiedad de la competencia, hay más posibilidades de mejor rendimiento. La idea es que el tenis sea un juego, donde se compite, pero no más allá. No es el propósito final, sino que es una parte de la vida, la otra parte es su familia y eso él lo está viviendo muy bien. Esa tranquilidad le facilitará jugar mejor y disfrutar más del tenis”, reflexionó.
“Ha estado solo muchas veces. Obviamente, va a echar de menos, no cabe duda, pero sabe que vuelve pronto. Juega en Nueva York y regresa. Después va a la Copa Davis (en Bologna). Entonces, si le va mal tendrá la buena noticia que estará de vuelta en su casa con su familia”, finalizó.