“Hijo de puta. Soy hijo de puta con la gente que me hace daño”, así, con esas palabras el destacado tenista, exnúmero uno del mundo, respondió a la petición de la periodista de describirse en tres palabras. Esto, durante una extensa entrevista realizada por el medio La Tercera, a 25 años de su máximo hito en su carrera profesional.
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Fue tras la exhibición realizada en el Gran Arena Monticello, junto a Aléx Corretja, que el deportista conversó a corazón abierto respecto a su carrera profesional y los dolores musculares que le harían colgar las raquetas definitivamente. Aunque, sin ganas de hacerlo.
Chinos Ríos a corazón abierto
“Todo tiene su fin, pero me costaría decir ahora que no jugaré más. No sé si sería responsable de mi parte. Me gustaría jugar mejor, me gustaría poder retroceder el tiempo, hacer las cosas mejor y hoy poder seguir jugando”
El martes 29 de marzo, se cumple un cuarto de siglo de aquella tarde de 1998 cuando venció en Miami al máximo referente Andre Agassi en tres sets, convirtiéndose en el único chileno en ser el número uno del mundo en tenis.
“Viendo imágenes después; la gente que había en mi casa; o la gente que salió a las calles; o ver La Moneda llena cuando yo llego fue impactante, fue fuerte, pero de una manera bonita. Nunca esperé que tanto chileno saliera el día que yo gané...”.
“...de repente estoy solo y pienso ‘fuiste el mejor del mundo. No el mejor de Chile, ni de Monticello ni de todo Santiago, fuiste el mejor de todo el mundo’. Es fuerte, es bonito y cuando hablo con mis hijos, porque ellos me preguntan y yo les trato de explicar, el tema me gusta”.
De igual forma, hizo un mea culpa.
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“Fui demasiado inmaduro; fui demasiado chico; o duró muy poco; o fue un sueño muy corto; o no lo supe aprovechar; o no lo tomé en ese minuto...”.
¿Qué significa el tenis para usted hoy?
Hoy en día, nada.
¿Y en ese momento?
Mi vida. Era lo único que hacía.
¿Qué cambió?
Yo creo que, más que dedicarme al tenis o querer ser tenista, fue una escapatoria al colegio. Siempre lo he dicho, me cargaba el colegio, lo pasé pésimo, me iba pésimo y fue una escapatoria. Me dieron la posibilidad de jugar tenis, tuve que terminar cuarto medio dando exámenes libres, pero era una escapatoria para no ir al colegio. Me pusieron metas: tenía que ser tanto en el ranking, si no, volvía al colegio. Todo eso me ayudó a hacer lo que me gustaba, que era no ir al colegio más que jugar tenis.