Pese a la dolorosa derrota de Colo Colo en El Salvador ante Cobresal, en el estadio Monumental cunde la tranquilidad. De cara al paréntesis por la Fecha Fifa, y a la espera de ponerse al día con el partido pendiente en el Campeonato contra Huachipato por la tercera fecha, esperan aprovechar el tiempo. El principal objetivo hasta la quincena de abril, cuando retorna el torneo a la acción, es recuperar los rendimientos individuales. Es el objetivo que se traza el cuerpo técnico “albo”, porque, a partir de ello, se levantará el juego colectivo.
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Por ahora, con el duelo pendiente ante el puntero, el “Cacique” está a siete puntos del líder. Por eso, el cruce ante los “acereros”, que debería desarrollarse en 10 días, asoma como fundamental para iniciar el despegue. Entremedio, el 25, hay un amistoso contra Colón de Santa Fe, en el marco de la despedida de Esteban Paredes. Así, parece haber un respiro suficiente para que Gustavo Quinteros y su staff logren avanzar en recomponer la productividad y el nivel de algunas de sus figuras, que hoy exhiben un rendimiento por debajo de lo esperado.
Aún cuando algunos apuntan a la zona defensiva, en el Monumental existe total confianza por lo que están haciendo Matías de los Santos y Ramiro González, descartando que el descalabro ante Cobresal haya sido por la ausencia de Maximiliano Falcón. De hecho, los problemas en el norte fueron siempre por las bandas y no por el sector donde se desempeñan los centrales. Y, en el análisis de los goles, desde el camarín “albo” son muy claros: “Nos convirtieron por errores puntuales, individuales. El primer tanto es de cabeza, luego nos cobran un penal responsabilidad de una torpeza nuestra y el último (el del arquero Leandro Requena desde un saque de meta desde el área chica rival) debe ser el gol más tonto en varias décadas”, sentencian.
Y ahondan respecto del rendimiento defensivo y las responsabilidades individuales. “Tanto los que recibimos en El Salvador como los que nos convirtieron Coquimbo y O’Higgins son goles que nos hacen por errores puntuales”, aseguran desde el “Cacique”, enfatizando que “no son errores tácticos”. “Eso es lo bueno”, reflexionan desde el camarín de Macul.
En base a esa premisa, la pausa, con amistoso de por medio, permitirá abocarse a recuperar los rendimientos individuales.
“Los jugadores que se incorporaron esta temporada aún deben llegar a su mejor nivel”, dicen con optimismo en el plantel, confiando en que Quinteros es un especialista en levantar la moral y el juego de sus pupilos. “Cuando eso ocurra, seguro levantaremos el rendimiento colectivo”, aseguran.
La planificación del cuerpo técnico, de hecho, apunta al desarrollo de trabajos ofensivos, la fase que más está costando. Junto a ello, la idea es impulsar a Leonardo Gil y Carlos Palacios. Una vez que ellos logren elevar su productividad, todo debería empezar a fluir en la zona de ataque, pues ellos son dos de los principales ejes sobre los que se elabora el peligro “albo” en campo rival.
Así, la pausa llega en el momento preciso para tratar de componer y terminar de afinar piezas, para iniciar un segundo trimestre con renovados bríos ante el desafío de la Copa Libertadores y de recuperar los puntos perdidos en el terreno local.