Es una pregunta nomás, una duda, un deseo, si así lo prefiere. Marcelo Bielsa fue despedido del Leeds justo en el año donde se acaba un proceso clasificatorio y, con él, buena parte de las carreras en la Selección de los integrantes de la “Generación Dorada”.
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Clasifiquemos o no a Qatar, se vienen tiempos complejos para la “Roja”, pues el recambio ya no será una opción, sino una obligación. El entrenador que llegue tendrá que empezar a moldear una base para los próximos ocho años, tal como hizo el “Loco” cuando asumió en el 2007.
Se va a necesitar un DT que haga crecer a jugadores que, en el papel, no tienen el mismo nivel de los “históricos”. Para ese trabajo, hay pocos técnicos en el mundo con la capacidad del rosarino.
Acá no se trata de ser un “viudo”, sino del perfil que debe tener el próximo seleccionador, alguien a quien los jóvenes vean como un referente y como alguien que les puede sacar su mayor potencial. Y para qué decir el medio, vendría de perilla ante un panorama que no asoma muy alentador.
Como decía al principio, esto no pasa de ser una declaración de intenciones, porque todavía está Lasarte, porque la dirigencia no se va a manifestar hasta que se acabe el ciclo actual y porque -lo más importante- lo que pretende el argentino para su futuro, como de costumbre, es un misterio total.
Pero así como con Pellegrini, las puertas debiesen estar abiertas para Bielsa si él así lo desea. La refundación requiere de un especialista.