BMW no se guarda nada en la renovación y actualización de su gama alta. Tres de sus modelos presentan novedades en diseño, equipamiento y performance, enfocándose en perfiles distintos de público, pero sin perder la calidad y elegancia tradicionales de la marca alemana. Se trata del X7, del Serie 7 y del Serie 8 en su versión coupé.
En el caso del primer modelo mencionado, el más grande de la gama X se presenta con dos versiones de motor, un bencinero de 340 hp y 450 Nm y un diésel de 265 hp y 620 Nm, ambos 3.0 de seis cilindros, con el que se mueve un auto de look imponente.
Llantas de aleación ligera de 21” y sistemas de asistencia al conductor como control de crucero activo con función Stop & Go, Driving Assistant Professional con dirección y asistente de control de carril, advertencia de cambio de carril y protección contra colisiones laterales, entre otros, son algunos de los elementos del nuevo X7.
Por el lado del Serie 7, el diseño se renueva, con una nueva parrilla de riñón, entradas de aire exterior con grandes placas pintadas y unidades de faro más delgadas que irradia presencia y elegancia.
Pero es atrás donde hay mayores innovaciones, con tubos de escape integrales, nuevas luces traseras tridimensionales y 35 milímetros más delgadas, franja de luz delgada y definida debajo de la barra de cromo lo que le entrega un toque de estilo adicional. A eso se suma en el interior una exclusiva tapicería de cuero con acolchado extendido y volante de cuero con botones multifunción.
Cierra la triple renovación el Serie 8 Coupé, que posee una estructura de carrocería, tecnología de conducción y suspensión centrada en obtener el rendimiento dinámico de élite clásicos de un automóvil de lujo.
Centro de gravedad bajo, distribución de peso equilibrada, construcción ligera con aluminio, magnesio y plástico reforzado con fibra de carbono y cuerpo aerodinámicamente optimizado, espacio interior lujoso, iluminación sofisticada y tapizado completo de cuero como estándar componen este modelo.