Cada vez que se viaja, es casi normal que el gasto en dinero suba por diferentes razones. Sin embargo, existe la posibilidad de que uno de ellos sea controlable: el del mismo auto. Cualquier eventualidad no planificada puede pegar fuerte en el bolsillo y por eso te damos cuatro tips que permitirán mantener en bajos niveles este ítem.
Revisar y ajustar el auto
Antes de cada viaje, es primordial hacer un chequeo importante a los aspectos más relevantes del vehículo. Líquidos en el nivel correcto, filtros en buen estado y luces funcionando son algunos de estos puntos.
Usar los neumáticos correctos
Cada camino y suelo ofrece complicaciones diferentes para el auto, afectando el rendimiento el manejo. Revisa cuáles son las rutas que se usarán en el recorrido y ver cuáles son los compuestos más adecuados de gomas. Lo mismo pasa con la presión y el desgaste de las bandas.
Ahorrar en la gasolina
No se trata de usar combustible de menor octanaje si el auto es bencinero (hay que usar el que recomienda el fabricante), sino saber cuándo y cómo repostar. Por ejemplo, un consejo es llenar el tanque en días de menos sol, de noche o antes del amanecer, que son momentos en que el líquido es más denso. En carretera, en tanto, usa el control crucero.
Planificar siempre
Aunque parezca de perogrullo, pero planea el viaje. Antes de salir, marca los puntos de detención, los lugares en dónde comer y cuánto gastar en aquello y siempre llevar un excedente ante ese imprevisto que nunca falla. Lo otro: lleva un mapa rutero.