El caso de Nahir Galarza -la adolescente argentina condenada a cadena perpetua por asesinar a su novio- sigue dando que hablar. Hace un par de días, la joven nuevamente volvió al ojo del huracán por publicar un par de fotografías desde la cárcel con la frase «cumpliendo la maldita condena».
La ación le valió un fuerte castigo y ser enviada a una celda aislada del restos de las reclusas, porque la joven de 20 años incumplió una de las reglas de la Unidad Penal de Mujeres Nº6 de Paraná del acceso a celular e Internet.
Por el incidente, la joven sentenciada por el asesinato de Fernando Pastorizzo fue sancionada con 10 días de permanencia en el calabozo, los que fueron reducidos a la mitad, luego que el abogado interviniera e hiciera a la joven pedir perdón.
Días interminables
Tras terminar el castigo, la joven contó como habían sido sus días en el calabozo, historia que nuevamente llegó a los medios argentinos.
“La pasé mal, pero no me quedó otra que soportar ese encierro, de un lugar muy chiquito, oscuro, que abrían dos veces por día. Fue un día que duró cinco días. A diferencia de la celda, donde me entretengo o hablo con mis compañeras, en el calabozo sólo tuve tiempo para pensar, me costó dormir y ni soñé”, dice el relato que reproduce el portal de noticias Crónica.
Uno de los allegados a Galarza, detalló que el castigo pudo haber sido en venganza por lo que genera Galarza. «»Creo que le tienen bronca porque todo lo que hace trasciende y quisieron darle un castigo ejemplar, pero por más que no se pueda tener un celular, tantos días en un calabozo es demasiado”.