Una joven de 14 años murió tras las serias heridas que le provocó la explosión de su teléfono inteligente.
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Según Mirror, Alua Asetkyzy Abzalbek, de la aldea de Bastobe en Kazajistán, se fue a acostar y se puso a escuchar música con los audífonos puestos.
La adolescente estaba cargando el teléfono y lo dejó al lado de la almohada antes de quedarse dormida.
Las pericias forenses indicaron que el móvil había explotado a primeras horas de la mañana e incluso su familia dijo que lo que quedaba del aparato aún tenía algunas llamas cuando encontraron a la joven sin vida.
El teléfono se recalentó y luego explotó, lo que le provocó a Alua “graves heridas en la cabeza” que le terminaron causando la muerte en el mismo lugar.
El deceso fue calificado como un “trágico accidente” por la policía, la que aún no ha revelado la marca del teléfono, apunta el medio inglés.