Un estudio clínico realizado por investigadores estadounidenses logró por primera vez en la historia revertir la edad biológica de nueve personas.
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Según informa la revista Nature, nueve voluntarios masculinos que se encuentran totalmente sanos y con una edad que va de los 51 a los 61 años, participaron de la acción.
¿De qué trataba el estudio?
Este consistía en tomar tres medicamentos comunes: una hormona del crecimiento que se inyectaba en las personas (la cual promueve el desarrollo de la diabetes), deshidroepiandrosterona (DHEA) y la metformina. Estos dos fármacos justamente se utilizan para luchar contra la diabetes.
La idea era estudiar si la hormona podía usarse de forma segura en los humanos para restaurar el tejido en la glándula del timo, la cual es crucial para el sistema inmunológico y que empieza a encogerse después de la pubertad y que con los años se va obstruyendo con grasa.
Esta situación ya se había comprobado en investigaciones previas con animales, pero en los humanos no debido a que podía promover la diabetes, por lo que se utilizó además los dos mencionados fármacos.
Los resultados
El estudio tuvo como nombre Thymus Regeneration, Immunorestoration and Insulin Mitigation (TRIIM) y fue liderado por el inmunólogo Gregory Fahy, director científico y cofundador de Intervene Immune en Los Ángeles, siendo además aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos en mayo de 2015. Meses después comenzó la investigación.
Tras un año de trabajo, se logró demostrar gracias a las imágenes de resonancias magnéticas que siete de los participantes experimentaron una regeneración de la glándula del timo.
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Además, las muestras de sangre tomadas durante todo el período del trabajo a los voluntarios mostraron que el recuento de células sanguíneas se rejuveneció en cada uno de ellos.
Revertir el envejecimiento
Tras haber finalizado el estudio, Fahy tuvo la idea de verificar el efecto de las drogas en los relojes epigenéticos de los participantes, por lo que pidió al genetista Steve Horvath que hiciera las mediciones.
Los resultados demostraron que la edad biológica de los voluntarios era inferior a la real, teniendo una diferencia promedio de 2,5 años.
«Esperaba ver una desaceleración del reloj, pero no una reversión», sostuvo al respecto Horvath, quien tildó los resultados como «algo futurista».
De igual manera, seis de los voluntarios se sometieron a una muestra de sangre final seis meses después de terminada la investigación, manteniéndose los mismos resultados, lo cual determinó que los efectos fueron duraderos.
Los investigadores precisaron eso sí que todavía faltan más estudios al respecto, indicándose que el experimento debe efectuarse con más personas y con un control más estricto, aunque tienen la esperanza de que se mantengan los mismos resultados.
«Debido a que pudimos seguir los cambios dentro de cada individuo, y como el efecto fue muy fuerte en cada uno de ellos, soy optimista», expresó Horvath.
Los resultados completos del estudio fueron dados a conocer por la publicación Aging Cell.