Enlutado está el mundo del fútbol. La trágica desaparición de la avioneta en que Emiliano Sala no ha dejado sin un dejo de tristeza a nadie. Y es que el joven argentino de 28 años acababa de firmar contrato con el Cardiff City. El trágico destino llevó a su avioneta a caer sobre el Canal de La Mancha el 21 de enero.
A lo largo del globo se le han realizado decenas de homenajes. Uno de los más importantes fue el que le rindió el Nantes en el Stade de la Beajoire. Con un mosaico gigante de cartulinas que formaban el apellido del joven sorprendió la barra. Además en el minuto 9, por el número de su camiseta, el partido se detuvo para ovacionarlo.
La emoción llega hasta los más profundos rincones. Si para la fanaticada que no lo conocía en persona lo extraña, su familia mil veces más. Han dicho a los medios que sólo pide que se encuentre el cuerpo del joven, tragado por las profundidades.
Y otro miembro del clan familiar que lo extraña es su mascota regalona: Nala. Era la única acompañante de Sala en Francia, a donde viajaba. Y así lo hizo ver Romina Sala, hermana del futbolista, a través de Facebook.
La “Fiel compañera” de Sala
La tierna Nala llegó a la vida de Sala en 2015, ya siendo adulta. Según mostraba el argentino en redes sociales, la perrita era su “fiel compañera”. Así, compartían juegos, paseos y muchas horas juntos.
“Nala también te espera…”, escribió en Facebook Romina. Y ciertamente es una situación muy común en los animales de compañía. La patología recibe el nombre de síndrome de hiperapego. Se debe a que el animal no comprende la situación y cree que fue abandonado.