Lo recuerda cómo si hubiese sido ayer, pero ya han pasado dos años de uno de los momentos complejos de su vida, cuando su marido estuvo a un paso de desconectarla del respirador artificial luego que los médicos le confirmaran que no había más esperanzas.
Lyndee Pellettiere-Swapp una mujer de 47 años de Estados Unidos tenía una vida normal hasta que una mañana se desvaneció y debió ser trasladada de urgencia a un recinto médico. Sus órganos fallaban y su cuerpo se apagaba sin una razón aparente.
Fueron 12 días de completa angustia para la familia, que veía con temor que la mujer no podría salir del coma, así que debían decidir si alargar su vida con ayuda de máquinas o dejarla partir.
El marido de Lyndee finalmente tomó la decisión, iba a desconectarla del soporte vital.
«Necesito que pelees, necesito que pelees», eran las palabras que constantemente el esposo le susurraba al oído a su mujer y aunque él pensaba que no eran escuchadas Lyndee las recuerda claramente.
El último adiós
Cuando la familia ya estaba lista para despedirse, ocurrió lo que todos han calificado como un milagro, la madre se despertó y pronunció tres palabras que les cambiaron la vida: «soy una luchadora».
La mujer contó su historia -que reproduce el diario argentino Clarin, como una advertencia para quienes atraviesan una situación similar, porque según su testimonio, ella siempre escuchó lo que sus familiares le decían durante el periodo que estuvo en coma.
“Sólo porque no estás consciente no significa que no puedas escuchar”, dice la mujer que ha sorprendido al mundo y a la comunidad médica por su milagroso despertar.
“Debes hablar con tus seres queridos si están en esa situación. Ellos te escuchan”, dijo la sobreviviente.
