“Nuestra cultura está comenzando a ver la marihuana como una sustancia inocua. Este estudio debería darnos una pausa al respecto”, así es el llamado de atención de doctor Daniel Amen, jefe del estudio cerebral más grande del último tiempo, en el que se buscaba identificar los controladores del envejecimiento cerebral, detectando a la marihuana como uno de los más complejos.
Según el texto publicado en la revista “Journal of Alzheimer’s Disease” los consumidores de cannabis registran un cerebro envejecido en un promedio de tres años, comparados con los de personas no consumidoras.
Los resultados prueban que el consumo de la marihuana empeoran la actividad mental de los consumidores, generando efectos incluso peores que los de personas con trastorno bipolar o déficit de atención con hiperactividad.
Más de 62 mil pruebas
Los investigadores analizaron 62.454 escáner cerebrales de 31,227 personas, los que se efectuaron durante el descanso y los periodos de concentración de los objetos de muestra.
Los participantes del estudio fueron personas entre nueve meses y 105 años de edad, con el fin de determinar los factores del envejecimiento del cerebro.
En su trabajo, se revisó el flujo sanguíneo de 128 regiones de cada cerebro para determinar las edades de cada individuo. Esto permitió, una vez de conocer la edad real del sujeto, determinar la tasa del envejecimiento acelerado.
Trastornos que envejecen el cerebro
En el análisis se determinó además que el trastorno bipolar acelera el envejecimiento del cerebro en 1,6 años, mientras que el déficit de atención con hiperactividad lo hace en 1,4 años promedio.
También reveló que no existe evidencia de una relación entre la depresión y el envejecimiento cerebral.
Sachit Egan, coautor del estudio en representación de Google, socio del trabajo, sostuvo que “los resultados indican que podemos predecir la edad de un individuo según los patrones de flujo sanguíneo cerebral».
«Además, se han establecido las bases para seguir explorando cómo los trastornos psiquiátricos comunes pueden influir en los patrones saludables del flujo sanguíneo cerebral».