Una situación realmente insólita vivió una pareja de policías que realizaba patrullajes en Valladolid.
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Los agentes estaban recorriendo las calles cuando vieron a un viejo conocido conduciendo una furgoneta.
El chofer era un hombre que los uniformados habían visto varias veces debido al consumo de estupefacientes y por ello no dudaron en detener el vehículo para ver “cómo iba”.
Al someterlo al test de drogas, y como era de esperar por los policías, el sujeto dio positivo por cocaína, señala El Norte de Castilla.
Como la furgoneta no podía quedar “botada” en la calle, el hombre tuvo dos alternativas: o se la llevaba una grúa a un corral municipal o llamaba a alguien para que la manejara.
De inmediato pensó en un amigo, y cuando este llegó al lugar los policías casi no lo podían creer, ya que también lo conocían porque había estado en la estación por consumo.
Loa agentes no lo dejaron subir al vehículo sin antes hacerle también un test de drogas, y superó a su amigo, ya que dio positivo en cocaína, opiáceos, anfetaminas y marihuana.
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La historia, eso sí, no terminó ahí, ya que le dijeron que no podía conducir y aceptó la decisión de la policía, sin embargo media hora después lo vieron al mando del vehículo, lo detuvieron y terminó en la comisaría.
Ambos fueron multados con mil euros y más encima se les restó puntos en su licencia de conducir.