Mercedes Sosa fue una profesional exigente y rigurosa, una madre cariñosa y una mujer de fuerte personalidad, según la recuerda su hijo, Fabián Matus, en un libro sobre la reconocida cantante argentina que acaba de publicarse.
«Mercedes Sosa: la Mami» es un relato íntimo sobre la artista, fallecida en octubre de 2009, con testimonios de familiares directos y amigos y también de la «otra familia», el equipo de trabajo con el que compartía muchísimo tiempo.
«Buscamos ofrecer una semblanza de Mercedes Sosa arriba del escenario, como trabajadora, pero a la vez también como persona, hablando de su personalidad y contando anécdotas», dijo Matus en una entrevista, concedida en la sede en Buenos Aires de la Fundación Mercedes Sosa, que dirige desde 2010.
Matus, que trabajó con su madre como representante y organizador de sus giras, ya había abordado la vida de su madre en «Mercedes Sosa: la voz de Latinoamérica», un documental de 2013, pero cuya dirección estuvo a cargo de Rodrigo Vila y, por tanto, es la visión del realizador sobre una de las mayores exponentes del folclore argentino.
El libro, editado por Planeta, es una usina de recuerdos personales que desgrana desde los primeros pasos de «la Negra», nacida en la norteña provincia de Tucumán en 1935, hasta su consolidación artística, el exilio forzado, su regreso a Argentina, sus giras y su historia familiar.
Matus revela, entre otras cosas, que su madre, que vendía miles de discos y llenaba las salas de conciertos en todo el mundo, «tenía como una sensación de que no era una figura exitosa» y que «era terriblemente perfeccionista, con ella misma y con su entorno».
«Como ella tuvo que batallar mucho para lograr los pasos que fue dando, siempre fue consciente de que hay una cuota de oportunidad pero que solo se puede aprovechar si uno está preparado y formado para eso. Eso implica rigor y ella era rigurosa con su trabajo», señala Matus.
Además de los relatos que Matus escribió en colaboración con su prima, Maby Sosa, y de las entrevistas, el libro contiene fotografías, muchas de ellas del archivo familiar, como una que muestra a Mercedes «nena», con 4 años, y la última imagen tomada a la artista, en 2009 en el hospital, antes de ser ingresada en terapia de cuidados intensivos.
También incluye una carta que Mercedes escribió a su hijo desde su exilio en Madrid, en 1981, durante la última dictadura militar argentina (1976-1983).
La relación entre madre e hijo no siempre fue fácil: «Hemos trabajado en cinco etapas diferentes, lo que implica haber tenido cuatro peleas en el medio, y las separaciones, por su carácter y el mío, siempre han sido intempestuosas», admite Matus.
Pero en cada reconciliación destaca que hubo diálogo para «recomponer lo roto y establecer nuevos parámetros para evitar peleas futuras».
«No era una persona fácil de manejar. Tenía convicciones muy firmes, las defendía, pero también estaba dispuesta a escuchar», destaca su hijo.
Uno de los costados menos conocidos de su madre, afirma, era su sentido del humor.
«Era muy chistosa. Era terriblemente humorística. Tenía esa capacidad de mantenerse seria mientras te decía una brutalidad impresionante o de observar algo y hacer un comentario que nos hacía morir de risa», recuerda.
El libro incluye testimonios de los nietos de Mercedes, Araceli y Agustín, y un capítulo dedicado a Emma, madre de la artista.
«Mi mamá, que era una figura que mandaba, cuando mi abuela decía que no, se acababan las discusiones. La figura de la abuela es muy importante para nosotros porque fuimos formados en una familia de matriarcado», sostiene Matus.
«La Mami», como su hijo llamaba -y aún llama- cariñosamente a Mercedes, era, según Matus, «como una hermosa y explosiva mezcla de madre italiana y judía», un «encanto» de madre, «terriblemente cariñosa y muy de estar encima» y que desde chico le «enseñó a ser responsable».
«Una mujer fuerte», redondea Matus.
EFE