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La situación del pago de sueldo a las criadas se le fue de las manos a “Hurrem”, quien finalmente terminó pidiendo dinero a una prestamista.
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El problema surgió cuando la sultana recurrió a una familia veneciana, en momentos en que el imperio se encuentra en guerra con Venecia.
Rápidamente “Hurrem” consiguió el dinero para saldar la deuda, pero cuando la mujer llegó al palacio le comunicó que ésta ya había sido cancelada y que había enviado la garantía para que se la entregaran.
En ese momento “Hurrem” se dio cuenta de que “Shahrazad” le había tendido una trampa y su plan salió a la perfección, porque finalmente logró obtener una prueba para acusar a la sultana ante “Suleimán”.
“Hurrem” no se quedó de brazos cruzados y partió donde su enemiga. “Tomé prestadas monedas de la persona equivocada, las pagaré”, señaló la sultana, sin embargo “Shahrazad” se mostró indolente.
“Cuando eres la esposa del sultán debes pensar en todo lo que haces. Si tienes que hacerlo puedes pedirlo prestado, deberías haberme pedido dinero a mi”, increpó la hermana de “Suleimán”.
“Hurrem” insistió, “saldaré esta deuda de mi propio dinero, tengo las monedas de oro aquí, son de un comerciante. No tienen que ver con la política”, aseguró.
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Pero “Shahrazad” no quiso dar su brazo a torcer y continuó atormentando a la madre de “Mariam”. “¿En serio? ¿Realmente no sabes quién te dio ese dinero prestado? Esa mujer es la prima del duque Gritti. ¿Sabes quienes son ellos? Son el enemigo”, lanzó la sultana.
Tras las súplicas de “Hurrem” –quien le rogó para que le devolviera la garantía del préstamo- advirtió, “imposible, no puedo hacerlo. El sultán llegará en unos días y mi deber es decirle todo lo que haz hecho y cómo machaste el nombre de la dinastía, que es muy importante, que es todo lo que nos importa, en especial al sultán.
