Esa es las palabra clave para el geólogo Gabriel Vargas Easton, quien hace un llamado a las autoridades a tomar acciones que disminuyan el impacto de un eventual terremoto provocado por la Falla de San Ramón.
PUBLICIDAD
Vargas es director del proyecto que estudia este hito geológico de 30 km de extensión descubiertos hasta ahora y en esta tarea no está solo: lo acompañan personal del Centro Sismológico Nacional y la Onemi.
Como líder de este trabajo es que advierte que la falla está activa y que si genera un terremoto de magnitud 7,2 a 7,5, podría haber un levantamiento de tierra justo en sectores donde actualmente hay viviendas, proyectos inmobiliarios, oficinas, entre otros inmuebles.
«De acuerdo a lo que hemos estudiado, la falla pasa por las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida, Puente Alto y hacia el sur sabemos que se extiende hacia Pirque y hacia el norte, hacia Lo Barnechea, pero ahí la tenemos que estudiar con más detalle», informa el especialista.
¿Cómo prevenir?El también académico de la Universidad de Chile aclara que no todos los sectores de estas comunas están expuestos de igual modo, aunque sí hay áreas que están ubicadas justo sobre la zona de peligro. Por eso, para él, es importante tomar medidas.»Alrededor del mundo han habido diferentes soluciones. Por ejemplo, en California, EEUU, se ha prohibido la construcción de cualquier infraestructura destinada a ocupación humana, sea cual sea, sobre fallas activas», explica.
Y si bien, para Vargas esta sería una de las acciones a seguir con atención por el Estado, también propone otras. «Sería bueno que si alguien quiere desarrollar un proyecto inmobiliario u otro destinado a la ocupación humana, tenga que demostrar que este no está ubicado sobre la falla. Si no es así, se debiera reevaluar para salvaguardar la seguridad de la población».
¿Qué hacer con los que ya viven sobre la falla?
PUBLICIDAD
El Proyecto de la Falla de San Ramón comenzó en 2016 y tiene como objetivo instalar siete estaciones de monitoreo sísmico y de tipo geodésico hasta 2019. Gracias a esto el equipo de trabajo que lidera el profesor ha descubierto muchos datos de este hito geológico.
También ha visto cómo bastos sectores se encuentran ubicados sobre esta esta estructura.
Más allá de expropiarlos, su idea en estos casos apunta a otra arista: la información. «Es importante a que la ciudadanía tenga acceso a antecedentes más claros y precisos respecto a dónde está situada mi casa en relación a esta falla. Con ello puedo evaluar así el nivel de riesgo aceptable al que estoy dispuesto a exponerme». Esto sería vital, por ejemplo, si alguien quiere evaluar cambiarse de domicilio o invertir en uno alejado de esa zona.
Llamado a la calma
El profesor aclara que tras varios años sin producir un terremoto, la falla ya está en condiciones de generar uno. «El fenómeno va a ocurrir, no sabemos cuándo, pero en algún momento va a ocurrir».
Pese a ello, también hace un llamado a la calma. «La buena noticia es que la norma sísmica en Chile es bastante rigurosa. Y si bien es muy probable que se sienta muy fuerte y potencialmente tengamos daños directamente sobre la falla, cuando nos alejamos de esta estructura geológica la energía de estos terremotos se atenúan rápidamente con la distancia».
Por último aclara que cuando se active la falla «no significa que se abrirá la tierra para tragarse toda la ciudad». Por eso pide no creer a la información alarmista que apunta a la destrucción total de Santiago ante un sismo producido por este hito, sino más bien «a pensar un desarrollo sostenible de la ciudad en el largo plazo». Jaime LiencuraVideo/ Patricio Vargas
