* Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
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En el cine surgido de los grandes estudios, pocos realizadores de la actualidad han demostrado un eclecticismo similar al del taiwanés Ang Lee: basta con pensar que cintas tan distintas entre sí como «Sensatez y sentimientos», «La tormenta de hielo», «El tigre y el dragón», «Hulk», «Secreto en la montaña» y «Crimen y lujuria» han surgido de su talento e inspiración.
Durante la presente década, en particular a partir de «Una aventura extraordinaria», el director parece cada vez más interesado en explorar los horizontes de lo digital y los efectos especiales, y en esa misma línea, luego de su anterior trabajo, «Billy Lynn» -de 2016, no estrenado en cines locales-, está de vuelta en la cartelera con «Proyecto Géminis», en la que la visualidad en verdad es notable: es impresionante la calidad de imagen al verlo en 3D, o el realismo del proceso que le permite al siempre carismático Will Smith enfrentarse a una versión de sí mismo con 20 años menos. Ya por eso vale la pena ir al cine, a pesar de que la historia y sus personajes son tan convencionales y el desarrollo es plano, rutinario e incluso monótono.
A su vez, elegida por Argentina como su representante en la carrera a la nominación al Oscar y el Goya, «La odisea de los giles» es la más reciente película de Sebastián Borensztein, el mismo director de «Un cuento chino» y «Kóblic», ambas protagonizadas por Ricardo Darín, quien también se hace presente acá, encabezando ahora un grupo de reconocidos actores (incluyendo a su propio hijo, Chino Darín, y el colombiano Andrés Parra), que le dan una energía y humanidad muy especiales a sus personajes, en especial en el muy particular contexto social y económico del «corralito» de 2001. Al igual que «El secreto de sus ojos», el guion de Eduardo Sacheri está basado en una novela suya, y aunque se trata de un tipo de película que ya hemos visto muchas veces antes, el resultado es entretenido, simpático, tiene buen ritmo y una indiscutible capacidad de conectar con el público, gracias a su mezcla entre humor y crítica social.
Y aunque sólo se podrá ver en dos salas de Santiago -Cinemark Alto Las Condes y El Biógrafo-, probablemente el estreno más notable y valioso de la semana sea el filme francés «El amor verdadero», que debutó mundialmente el año pasado en el Festival de Venecia. Primer largometraje en solitario de la realizadora Claire Burger, aborda una trama muy similar a la de cientos de cintas, al centrarse en los vaivenes emocionales de una familia en la que los padres se están separando. Y aunque podría ser algo tan predecible, la dirección de Burger, su puesta en escena llena de sensibilidad y detalles (desde los recursos visuales al uso de la banda sonora), y en especial la sinceridad y emoción que alcanzan y transmiten sus actores encabezados por el conmovedor Bouli Lanners, conforman una de esas películas sencillas, aparentemente menores, que a la larga terminan quedándose en la memoria y calando más hondo que los efectos especiales más espectaculares o el mayor despliegue de marketing y tendencias en redes sociales.
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