- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
En estos días fue destacado como el actor mejor pagado, según el tradicional ranking de la revista Forbes, y, por mucho que los críticos suelan ser quisquillosos con las películas en las que participa, el popular Dwayne Johnson (“La Roca”) no podría quejarse de falta de trabajo: en apenas poco más de un semestre, ya habrá estado presente en los cines locales con tres producciones distintas: en diciembre con la secuela de “Jumanji”, en abril lo vimos en “Rampage: Devastación” y ahora regresa a la cartelera con “Rascacielos: Rescate en las Alturas”.
Como ya se ha señalado en más de un medio internacional, este nuevo filme de la fornida estrella puede ser visto como una particular mezcla entre el cine de catástrofes de los años 70 que él mismo ya tributó en “Terremoto: la Falla de San Andrés”, con una suerte de variación de la “Duro de matar” original, que precisamente en estos días cumplió tres décadas desde su estreno. Encarnando a un ex militar y agente del FBI devenido en experto en seguridad tecnológica que se ve involucrado en un ataque al edificio más alto del mundo, ubicado en Hong Kong, y debe rescatar a su familia atrapada en medio del rascacielos en llamas, Johnson vuelve a ser imbatible en medio de múltiples efectos especiales, mucha acción y riesgo y el despliegue de situaciones cada vez más improbables e inverosímiles.
A estas alturas las películas de “La Roca” son casi un subgénero en sí mismas, y en buena medida descansan en su simpatía y en que el público sabe que ni debe pedirle mayor ductilidad actoral ni exigirles a los guiones peso, credibilidad o profundidad. Este largometraje, que puede ser cliché y rutinario, pero de todos modos entretiene y está dirigido con vigor y buen ritmo por Rawson Marshall Thurber (el mismo de la comedia “¿Quién *&$%! son los Miller?), no es la excepción, y acá el actor hace lo que mejor sabe hacer, con menos ocasiones de lucir su sentido del humor, aunque hay que reconocer que el producto funciona si uno sabe a lo que va, y además, es un valor agregado que recupere para la pantalla grande a la bella Neve Campbell.
Quienes estén en Santiago y busquen alternativas menos masivas y más interesantes a nivel cinéfilo, tienen opciones, aunque se den en una sola sala. Por ejemplo, dos producciones de 2016 que al fin se estrenan acá. En la Cineteca Nacional es posible ver la uruguaya “Los modernos”, dirigida y escrita por los debutantes Marcela Matta y Mauro Sarser (quien además es uno de los protagonistas), con evidentes ecos del Woody Allen más clásico, si se considera que está filmada en blanco y negro y su historia de amores y desamores tiene humor, buena música y personajes parlanchines y de pretensiones intelectuales, aunque el resultado igual es eficaz e ideal para estos días invernales. Y en el Cine UC se puede ver uno de los títulos más elogiados del cine británico de los últimos años, “Lady Macbeth”, adaptación de la novela del ruso Nikolai Leskov trasladada a la Inglaterra victoriana, dirigida por William Oldroyd y con la aplaudida actuación protagónica de la talentosa Florence Pugh.
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