- Cocinero en trance. Twitter: @Psyfat
Nos encontramos en ruta, la presencia del cordón montañoso volcánico es postal con el día soleado y sus nieves eternas, la cercanía del siempre relevante y hermoso canal de Chacao, esa mezcla del mar y la cordillera con vistas insulares, el aroma de final de la “costa pareja” en la proximidad de Pargua. Soy muy afortunado de estar aquí, he conseguido una profunda reflexión interior sobre lo que nos rodea.
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El tema es progresista, la importancia de encontrar nuevas fuentes de alimentación para el ser humano, de cómo en un par de décadas muchos territorios del planeta se verán sobrepoblados y, por defecto, esta nueva comunidad debe comer y alimentarse bien. Bajo la lupa aún, se desarrolla la ganadería que es nuestra principal fuente de proteínas, con sus peros en los sistemas de crianza, las extensiones de tierras dedicadas y la pesada huella de carbono involucrada. Así, los veganos nos dan cátedra de cómo las alternativas vegetales son válidas, pero con concentraciones bajas, por lo que deberíamos comer kilos de tofu o germinados, por ejemplo, para remplazar un buen trozo de bistec.
Entonces, comenzamos a mirar el pasado y el futuro de los insectos, grillos, larvas y otras bestias que fueron y son consumidas por diferentes culturas de forma ancestral, y lo que viene es una investigación y desarrollo de países modernos con miras a las problemáticas venideras y hallar una propuesta de soluciones para las nuevas generaciones.
No todo se tiene que mover en el mundo de seis, ocho o más patas, algunos se pueden macerar, hervir, freír, saltear y si los logramos transformar en pasta o polvo, la amplitud de preparaciones se hace mayor. Panes como los hacen en Finlandia, con un porcentaje de harina del futuro importada desde Ámsterdam, por ejemplo. La necesidad va a cambiar el mundo y todos podemos ser parte, las legislaciones al respecto se flexibilizan y de aquí a poco tiempo, no nos extrañaremos de estos “nuevos” ingredientes.
La vuelta fue larga y la conversación muy buena, llegamos a Vientos del Sur, una picada familiar con aroma a buen hogar. Tienen un solo menú, de precio fijo, que te permite comer casi todo lo que quieras. El principal, a elección, puede ser carne de vacuno o pasta de la casa, con muy buena variedad de salsas; el bar de ensaladas es ilimitado y, además, nos traen un buen bolo de crema de tomates, sopaipillas al centro, obvio, sin zapallo, si estamos en el sur. Mucho mimo en la atención, se nota que cuidan a sus clientes.
Si se la pueden, el mesón de postres espera con tradicionales de la zona y todo lo rico que traen tortas, tartas y copas. Para cerrar, la ceremonia de la cafetera es de autoservicio.
Un lugar con una personalidad y estilo únicos, desarrollados en el largo camino que han recorrido.
Coordenadas: Vientos del Sur, Cardonal interior 39, Puerto Montt. Teléfono +56 652264189.
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