- Analista internacional
La madrugada del viernes 15 la nave exploradora Cassini se estrelló contra Saturno. Termina así, como lo había planificado la Nasa, una notable aventura espacial que duró 20 años. Fue una aventura en un doble sentido. La primera y riesgosa fue haber dotado a Cassini con baterías del altamente radioactivo plutonio. La mayor cantidad jamás utilizada en un viaje espacial dado que viajaba demasiado lejos del sol como para utilizar su energía, como ocurre con otras naves. El hecho despertó nerviosismo al momento del lanzamiento a bordo de un cohete Titán, que había registrado fallas al momento de su lanzamiento. Si el cohete hubiese estallado en Cabo Cañaveral, al momento del despegue, habría causado una contaminación catastrófica. Otro momento de tensión tuvo lugar cuando la nave volvió a pasar cerca de la tierra para ganar velocidad en ruta a Saturno.
Hay un precedente: en 1964 un satélite portador de pilas de un kilo de plutonio 238 no llegó a su órbita y cayó a Tierra liberando su carga letal. Según el doctor John Gofman, profesor de la Universidad de California en Berkeley, el accidente contribuyó al aumento de las tasas globales de cáncer pulmonar
Cassini se desintegrará, pero cabe preguntarse qué efecto tendrá la radiación del plutonio. Los científicos de la Nasa creen que es posible que Saturno albergue formas de vida biótica o prebiótica. Esto es algo que inquieta a analistas como la doctora Helen Caldicott, que temen por el daño que pudiera ocasionar la radiación. Activistas contra el empleo de material atómico en el espacio señalan que ojalá que culturas de otros planetas sean más consideradas con los terrícolas, si llegaran a enviar una nave a nuestro planeta.
La segunda aventura fue el viaje, que comenzó en 1997 para arribar, tras siete años de travesía, a la órbita de Saturno a más de un millón de kilómetros. tras orbitar alrededor de Venus, la Tierra y Júpiter. La nave lleva el nombre del astrónomo Giovanni Cassini, que en el siglo 17 descubrió cuatro de las lunas de Saturno. Además la misión llevaba una sonda, construida por los europeos, que descendió con éxito sobre la luna Titán que fue descubierta por el astrónomo holandés Christiaan Huygens, el primero en señalar los enigmáticos anillos que rodean el planeta. En su honor, la sonda fue bautizada con su nombre.
Cassini orbitó Saturno casi 300 veces tomando cientos de miles de fotos. Las observaciones aportaron un invaluable material que ha facilitado unos cuatro mil estudios científicos. En las últimas semanas la nave ha enviado información sobre los anillos y su conformación. La misión que desde su planificación a la destrucción de la nave tomó el tiempo que transcurre en un año en la vida de Saturno, que equivale a 30 años terráqueos, fue además un ejemplo de cooperación entre Estados Unidos y Europa.
Una de las interrogantes, de las muchas abiertas, es si la luna Titán podría albergar formas de vida microbiana y si, en algún momento, podría sustentar una presencia humana.
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