- Diputado PPD por Conchalí, Huechuraba y Renca
Cuando pensamos que no habría algo peor después del incendio de Valparaíso, cientos de siniestros se han desatado en todo Chile, llegando hoy a tener una situación de catástrofe que ha generado el despliegue de las autoridades de Gobierno, las Fuerzas Armadas y la Onemi, así como de la Conaf y Bomberos que siempre atienden este tipo de emergencias.
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Más de 138.000 hectáreas han sido devastadas, informa Conaf, detallando que de 153 siniestros, 75 han sido controlados, 42 se encuentran en combate y 36 han sido extinguidos.
Esto no sucede por generación espontánea. Los incendios son provocados por las personas.
Ciertamente, la sequía, los vientos y altas temperaturas hacen que esto se transforme en una “guerra”, como dijo un comandante de Bomberos. Pero debemos ser responsables: infinita y exageradamente responsables. NO se puede hacer fuego en cualquier lugar. Prender un cigarrillo podría generar un incendio de grandes proporciones.
En materia de organismos y autoridades, existen medidas que pueden adoptarse a partir de la experiencia.
Hoy Conaf debe esperar el alerta roja para que la Onemi se haga cargo de la situación destinando mayores recursos como helicópteros, logística para alimentación, alojamiento y coordinación con Bomberos. Esto debe cambiar, sobre todo, cuando cada verano nos enfrentamos a estas situaciones y más aún cuando las Brife (Brigadas del Ejército), que también pueden ser convocadas con alerta roja, podrían ser un elemento fundamental antes de ese punto de inflexión.
En efecto, las Fuerzas Armadas se vuelven fundamentales en este tipo de situaciones, incluso antes de los alertas. Al respecto sería posible proponer que éstas mantengan un trabajo permanente y coordinado con estos organismos, para contener focos, prevenir y auxiliar a la comunidad.
Además de la orgánica de trabajo, no debemos olvidar la tecnología como una herramienta efectiva para prevenir grandes incendios. En 2014 se instalaron cinco cámaras de seguridad en el parque nacional de Torres del Paine (lo que se complementa con otras medidas como más personal en terreno, un helicóptero en la zona, mejores vías de acceso y señales, etc.). En República Dominicana se está probando un sistema de monitoreo satelital de prevención, neutralización y propagación de incendios, el cual alertaría a los Bomberos para una rápida reacción.
Respecto a las sanciones. Hoy se ha dado a conocer que un joven que provocó cuatro incendios en Lonquimay, fue condenado a cinco años de libertad vigilada, lo que parece ser una pena extremadamente baja para la magnitud del daño provocado. Es por ello que en diciembre de 2016, presentamos un proyecto para elevar las sanciones. Actualmente, según el Código Penal, se arriesgan penas de entre 5 y 20 años de cárcel, ante lo cual he propuesto que éstas sean desde 10 y hasta 15 años. Espero que el Congreso vote esta iniciativa con prontitud.
Mención especial para Bomberos, que son los verdaderos héroes detrás de este tipo de catástrofes. Existe unanimidad en la admiración de todos por su arduo trabajo. Soportan altas temperaturas y condiciones extremas para evitar la masificación de los siniestros. Se arriesgan para salvar vidas humanas y animales.
Por último. No cualquiera puede ayudar en terreno, pero se puede aportar con bebidas isotónicas, barras de cereal, agua, alimentos no perecibles, pañales adultos y niños, útiles de aseo, insumos médicos, alimento y medicamentos para las mascotas quemadas. Pasto para animales mayores.
El Cuerpo de Bomberos de Santiago habilitó todas sus compañías como centro de acopio de ayuda.
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