Elizaveta Tsarevskaya era una joven arquitecta que trabajaba de forma independiente y también disfrutaba diseñando ropa, pero de un día para otro, todo cambió.
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La mujer de 32 años se separó de su marido y empezó una relación con una persona que la acercó al mundo espiritista y a la «magia negra».
La madre de un hijo de un año dejó todo para dedicarse a estudiar «magia negra». Su exesposo Artur Rusin, de 26 años, aseguró que cuando visitó del departamento de Tsarevskaya tenía fotos de él marcadas con sangre y con agujas clavadas.
Locura criminal
Todo cambió hasta que a principios de septiembre encontraron a la joven muerta junto a su hijo y su gato. Todo el departamento apuntaba a un suicidio ritual.
“Después de abrir el apartamento, incluso los más endurecidos agentes de la ley se sorprendieron”, aseguró una fuente de la policía, cita el Daily Mirror.
Según los policías «objetos de rituales mágicos estaban esparcidos por todas partes» del departamento.
“Por alguna razón, la madre estaba desnuda, encima de su hijo. Además, se encontró otra víctima: un gato», narró la autoridad.
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El niño murió de tres puñaladas, dos en la espalda y una en el estómago, mientras que la mujer falleció de una herida cortante en el estómago.
Según su exmarido, Tsarevskaya se obsesionó con lo oculto y trató de comunicarse con los muertos.