Khalida Popal, excapitana de la selección nacional de fútbol femenino de Afganistán pidió este jueves a las jugadoras del combinado de su país que eliminen sus perfiles de redes sociales, borren sus fotos y quemen sus uniformes deportivos luego del ascenso de los talibanes al poder en el país asiático.
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La futbolista de 34 años, que consiguió asilo en Dinamarca luego de escapar de Afganistán en medio del ascenso del régimen talibán, dio una serie de entrevistas con distintos medios europeos y agencias noticiosas en los cuales relató el drama que se vive en su país con la llegada de los talibanes al poder, quienes según su dramático testimonio, van en comandos casa por casa en busca de enemigos del régimen y aliados del gobierno anterior.
Esto, pese a que el portavoz del movimiento señaló el pasado martes que habría una «amnistía general» y que trabajarían por la «reconciliación» nacional.
El temor de las mujeres en Afganistán
«Las mujeres deben mantenerse firmes, ser audaces y visibles», señaló Popal, quien le pidió a las futbolistas de su país y que no han podido escapar del país que «borren sus nombres, eliminen sus identidades, borren sus fotos por su seguridad. Incluso les pido que quemen o se deshagan de sus uniformes de la selección nacional».
«Esto es doloroso para mí, para alguien que, como activista, se puso de pie e hizo todo lo posible para lograr ganarse esa identidad como jugadora de la selección nacional femenina», expuso la deportista, quien teme por el futuro de sus familiares y las mujeres en un régimen totalitario que las desprecia como personas.
«A las mujeres de mi familia que salieron a la calle les dijeron que se dieran la vuelta y regresaran a casa, que no fueran a la escuela o que serían golpeadas», contó.
El llamado de las futbolistas afganas
«Cuando las jugadoras me llaman, me dicen: ‘¿Por qué nos traicionaron (Occidente)? ¿Por qué los políticos abandonaron a las mujeres de Afganistán? ¿Qué hemos hecho mal?», se cuestionó Popal tras el abandono en que. según ella, quedaron todas las mujeres de su país con la llegada del régimen talibán.
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«Queríamos enviar un mensaje al mundo y a los talibanes: nosotras (las mujeres) no somos débiles, puedes matar a nuestras hermanas, pero te demostraremos que estamos a su lado (…) mis jugadoras son niñas que han afirmado en las redes sociales que los talibanes son el enemigo. Ahora ven a este enemigo armado delante de sus puertas y ventanas y tienen miedo de lo que les pueda a pasar», finalizó.