A lo largo de la historia, muchos países del mundo tienen al menos un sismo que devastó parte de su territorio. Y por supuesto, que acabó con muchas vidas. Los terremotos son eventos impredecibles hasta ahora. Pero eso no quiere decir que no halla científicos trabajando en proyectos que logren emitir una alarma con la suficiente anticipación para evitar tragedias mortales.
De hecho, en comparación a hace 20 o 40 años, se ha avanzado mucho en materia de terremotos. Sin embargo, lo más importante, que es predecirlos, todavía es una tarea esquiva, a diferencia de los fenómenos climáticos, a los que sí se les agarró el pulso.
Lo peor de todo es que los terremotos son tan devastadores, que cuando ocurren en las zonas costeras, amenazan a otras regiones con alarmas de tsunami. En concreto, los sismos son un problema que la ciencia busca resolver y con el reciente hallazgo, en el que participaron físicos chilenos, parecen estar más cerca de la ansiada alarma
Según publica el Departamento de Física, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (Dfi Fcfm), de la Universidad de Chile, hay nueva evidencia que relaciona a los terremotos con los cambios magnéticos de la Tierra. La esperanza de la predicción de los sismos, sería evaluando una especie de pulso en los campos magnéticos de la Tierra. Y así lo explican los autores de este estudio.
Los cambios magnéticos y los terremotos
“El trabajo está basado en variaciones del campo geomagnético de nuestro planeta. Mismo que difiere e incluye conceptos fundamentales de los estudios sismológicos de grietas en la litosfera”, publica el portal del Dfi Fcfm, de la U. de Chile.
Enrique Cordaro, representante de la institución mencionada, dirigió el trabajo que encuentra relación entre los cambios magnéticos y los terremotos. El físico chileno dice: “Este es un método que está en evolución. Al predecir su ocurrencia con una cierta o alta probabilidad, podríamos alertar sobre los efectos indeseables de terremotos, tsunamis y destrucción de obras civiles en ciudades y puertos, pudiendo incluso salvar vidas humana”.
Pero ¿Cómo llegaron a esta conclusión? Explican, en primer lugar, que analizaron las correlaciones de las series de tiempo con las que se mueve u ocurre una especie de pulso del campo magnético. Dichas mediciones fueron en su mayoría, en el margen del Océano Pacífico, en el territorio chileno.
Este pulso que detectaron, cuenta Enrique Cordaro, ocurre con cierta frecuencia en las zonas identificadas como sísmicas. Entonces, detectaron el comportamiento de este fenómeno antes y después de un movimiento telúrico. Esto no es un trabajo que inició este año. Los expertos están con sus instrumentos midiendo terremotos desde el 2017.
“La anomalía se detecta rápidamente y son series de frecuencias muy bajas”, sostiene Cordaro. Entonces, al tener identificadas las variaciones suceden en los campos magnéticos, estudiaron la reacción en las rocas, después de cada movimiento de Tierra.
“Para entender estos resultados incluimos el tema referente a las micro fracturas en rocas que producen corrientes y estas pequeñas variaciones del campo magnético, ampliando la visión del tema», expresó Patricio Venegas, estudiante del Doctorado en Ciencias del Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
