Si el peligro en el ciclismo se personifica sobre el asfalto, ese riesgo se agudizó ayer en la jornada inaugural del Tour de Francia. La mujer de la pancarta provocó un desastre.
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A 45 kilómetros de Lederneau, fin del recorrido, una mujer y una pancarta fueron los principales causantes de que buena parte del pelotón se fuese al suelo.
Hubo lesiones, algunas graves como las de Marc Soler, con varias fracturas óseas en su brazo izquierdo y debió abandonar la competición. Otros, como Froome, sudaron tinta para acabar la etapa.
Pese a la felicidad que supuso a los franceses ver a un compatriota (Alaphilippe) vestirse de amarillo, la organización ya puso su maquinaria a funcionar para identificar y castigar al culpable.
Lo adelanta el medio Ouest-France, citando a Christian Prudhomme, director del Tour. La organización de la prueba tiene dos metas claras: esclarecer la identidad de la mujer y emprender acciones legales contra ella-
Con chaqueta amarilla, vaqueros, gafas y sombrero, al parecer la causante de la avalancha ciclista sería de nacionalidad alemana. Así parecía según la pancarta que impactó en el rostro del germano Tony Martin.
«Allez opi omi», una mezcla entre francés y la lengua alemana, que vendría a significar «vamos abuelo y abuela».
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El veloz escape de la mujer culpable
Según los medios locales, la mujer abandonó la escena antes de la llegada de los agentes.
De hecho, según reseña ABC de España, la policía comenzó a pedir todo tipo de información a los vecinos y asistentes a la etapa con el fin de identificarla.
Varios ciclistas favoritos dijeron adiós de manera definitiva al Tour por la lesiones.
Estos percances físicos son el principal promotor de la búsqueda, y las autoridades quieren responsabilizar a la mujer, que mediante una mezcla de entusiasmo e imprudencia provocó una de las peores caídas de la historia reciente del Tour.