“En Tierra del Fuego no se puede improvisar” es el mantra con la que se inició la expedición por uno de los destinos geográficos más importantes e históricos del país y del mundo. Con una riqueza turística que ha tenido grandes aliados que a través del respeto han creado una ruta para conocer un territorio indómito y preservarlo como tal.
Tierra del Fuego es la mayor isla del continente americano y se encuentra conectada a Chile a través de ferrys que cruzan el Estrecho de Magallanes a diario. De esta forma comenzó la travesía de #ViveChile quienes durante una semana recorrieron la isla con la finalidad de mostrar los paisajes más indómitos y salvajes del fin del continente. Durante 8 días un grupo de 15 jóvenes entre influencers, fotógrafos y periodistas se adentraron en estas tierras para dar a conocer los encantos de Tierra del Fuego.
“Tierra del Fuego tiene una magia muy particular y sus habitantes igual, sus paisajes sorprendentes y la calidez de las personas que lo habitan, hacen que uno sienta la fuerza de vivir en el fin del mundo”, detalla Isidora del Río, directora de #ViveChile. Misma magia que es posible apreciar en el Parque de los Estromatolitos, uno de los seis lugares en el mundo donde es posible encontrar sistemas geobiológicos, fósiles vivientes, con más de 3.500 años de antigüedad.
Al igual que en el Museo Fernando Cordero Rusque donde se ve la primera aproximación a la relevancia histórica del pueblo Selknam y su legado. Para la comunidad local resguarda la memoria del pueblo originario y diferentes obras en memoria de ellos. La coordinadora turística del museo, Constanza Fernández señala que “Porvenir o Tierra del Fuego antes de la pandemia se iba transformando en una potencia en temas de turismo y con la situación actual se ha venido abajo, quedando preparados pero de manos atadas”.
Las comunidades locales han sufrido durante esta temporada. Por años han realizado inversiones en torno al turismo local, y se ha convertido en su medio de vivir. Con el cierre de fronteras y limitación del viajero internacional, los destinos han tenido que adaptarse y han visto en el turista nacional la opción de sobrellevar la crisis y dar a conocer Chile para los chilenos.
La directora de Sernatur Magallanes, Ximena Castro destaca que “estamos hablando de un destino emergente que tiene servicios, es un destino maravilloso para quienes están buscando un mayor contacto con la naturaleza, aprendiendo y conociendo nuestro país”.
Para recorrer Tierra del Fuego, es necesario preparar el viaje y contar con un vehículo particular y abastecimiento para la ruta que se desarrolle. En la isla no existen gasolineras.
Con esta información el equipo utilizó vehículos con tracción 4×4 especial para todos los terrenos y caminos a recorrer, además buscó asesoría con gente de la zona. “Contamos con un equipo capacitado para asesorar y orientar y así aprovechar la estadía en la región y que puedan elegir el vehículo para las necesidades de su viaje para descubrir la Patagonia de la mejor forma” señala el jefe de venta Rent a Car Recasur, Matías Cruz.
Los primeros 100 kilómetros de Tierra del Fuego
Después de aterrizar en Punta Arenas es necesario cruzar el Estrecho de Magallanes. Después de dos horas de navegación en Ferry se llega a Porvenir, ciudad que da la bienvenida a la isla. Es capital provincial y desde ahí se diseñó la ruta para recorrer Tierra del Fuego. El viaje continúa en dirección sur de la isla, rodeando Bahía Inútil a través de la ruta Y65. La siguiente parada es el Parque Natural Pingüino Rey el cual aloja a una colonia que hace diez año llegó a la isla, pero que vio mermado su número de integrantes por la interacción humana.
Cecilia Durán, fundadora de la Reserva Pingüino Rey destaca que “es la única colonia que se puede visitar en auto” y agrega que con la finalidad de hacer turismo sustentable están ”trabajando con el Instituto de la Patagonia para reconocer la variedad de plantas que existen en el lugar”. Por ello el parque cuenta con senderos y miradores delimitados.
En esta primera etapa los colores anaranjados y amarillentos del otoño marcan el paisaje al recorrer la ruta. El guía de la expedición Marcelo Noria explica que se pueden identificar principalmente dos formaciones vegetales en la isla, en la zona norte estepa patagónica y en la zona sur bosque caducifolio.
La estepa patagónica se caracteriza por tener un clima frío y seco, con características de semidesierto, donde se instaló a finales del siglo XIX la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego y se desarrolló la ganadería ovejera. Actualmente se mantienen las casonas y han sido reacondicionadas como atractivo turístico donde muestran como fue y a sido la vida en la isla a través de la subsistencia ganadera. Estancia Caleta Josefina cuenta con muestra de esquirla, asado patagonico y cabalgatas, pero debido a la pandemia han debido cerrar sus puertas esperando que los flujos de visitantes sean más constantes.
En ruta a la extrema tierra nuestra: Karukinka
Siguiendo el recorrido hacia el sur de la isla, en el centro de ella ubicamos el sector de Russfin donde se divisa una draga aurífera, que recuerda la fiebre del oro que se vivió a inicios del siglo XX. No solo esto cambia en el paisaje, los colores y vegetación cambia. Desde Villa Camaron empezaron a aparecer los primeros grandes árboles. Dejamos atrás la estepa patagónica dando paso al bosque caducifolio que se mezclan con grandes turberas.
El Parque Karukinka es la mayor área protegida de Tierra del Fuego, con casi 300 mil hectáreas. En él se pueden encontrar más de 400 especies de plantas y cerca de 100 especies de animales. La lenga al llegar el otoño muestra una variedad de colores en las laderas de las montañas, de un verde se transforma a amarillos, naranjos y rojos. Sin embargo no tiene capacidad de desarrollarse en suelos con mucha agua, situación que se ha generado por la invasión del castor.
Este parque posee el Sendero Pietro Grande un trekking de siete kilómetros de una dificultad baja. La caminata lleva a la cima de la montaña del mismo nombre, y a través de los miradores es posible apreciar los bosques de lengas y ñirres. Desde la altura se distingue con mayor detalle el daño ocasionado por el castor, especie introducida en los años 70 a la zona. Se estima que un solo castor puede consumir 200 árboles de manera anual.
La cima de Pietro Grande entrega una vista a la inmensidad de la isla, los colores y dada las características del clima se logran generar diversos arco iris por las lluvias que sellan una postal de un día más en la travesía. “En destinos como este que son alejados es importante que las personas que quieran disfrutar de la experiencia, anticipen todo lo necesario para el viaje” recomienda la directora de Sernatur Magallanes, Ximena Castro.
En la actualidad el Servicio Nacional del Turismo se encuentra trabajando con la comunidad local y los operadores turísticos de la zona con la finalidad de poder acondicionar la isla para los diferentes tipos de turismo y experiencias. Sin dejar de lado que conocer Tierra del Fuego es vivir la patagonia más salvaje. A la fecha se encuentran disponibles diferentes lodge y estancias para alojamiento de turistas. El Parque Karukinka es el único lugar donde es posible acampar en la isla y se encuentra delimitado, dada las condiciones climáticas, de suelo y de conectividad de Tierra del Fuego evitar situaciones de riesgo es vital para su preservación.
Naturaleza prístina
La parte más austral de la isla es una zona más templada que húmeda, siempre verde y de grandes cadenas montañosas. Este lugar era sagrado para los Selkam y lo nombraban como lago Kami, de vibrante color azul debe su origen a los glaciares.
De las zonas más prístinas de la isla es el lago Fagnano, donde desde la década de los 40 la familia Geanskowski reside y hace veinte años reciben turistas encabezados por don Germán Geanskowski, patrimonio vivo de Tierra del Fuego.
Desde aquí se pueden realizar cabalgatas y observar la imponente Cordillera de Darwin, cordón montañoso cubierto de campos de hielos milenarios. Además desde la Estancia Lago Fagnano es la puerta de entrada para el Parque Nacional Yendegaia, cuyo significado en yagán de “bahía profunda”. Actualmente no se encuentra habilitado para turistas y se espera que en los próximos años se desarrollen los trabajos que permitan tenerlo operativo.