Desde que “Chile despertó”, en el “estallido social” del 18 de octubre de 2019, la frase “nunca más con los mismos de siempre” se transformó en parte central del mensaje de quienes impulsan cambios transformadores y progresistas. Y eso, en parte, se alcanzó con la elección de quienes integrarán la Convención Constitucional, el órgano mandatado para terminar con la Constitución de Pinochet.
En esa elección, considerada la más importante del mega proceso eleccionario vivido el fin de semana, los protagonistas fueron los candidatos independientes. Con el 81,63% de las mesas totales escrutadas, se alzaron con el 35,68% de las preferencias.
Pese a que tuvieron escaso tiempo en la franja, que hicieron campaña con menos recursos que los militantes de partidos y a que, en general, son bastante menos conocidos que los “rostros” de la política nacional, se impusieron y marcaron la clara derrota para los sectores “tradicionales”.
Entre los más damnificados, Chile Vamos y el Partido Republicano. La derecha no logró cumplir con el único objetivo que se había fijado al ceder frente al proceso constituyente: No obtuvieron el tercio de los escaños que les permitirían seguir perpetuando ese poder que, aun siendo minoría, les facultaba para “frenar” reformas.
Mario Desbordes, candidato presidencial de RN y el PRI, reconoció el fracaso. “Una serie de errores cometidos como coalición, probablemente desde nuestro gobierno, han tenido un impacto en la elección (…) es una derrota”, afirmó.
Menos autocrítico fue el timonel de la UDI, Javier Macaya, que aseveró que ningún partido puede celebrar. “Vamos a tener que ser capaces de buscar acuerdos”, manifestó, al tiempo que hizo presente que “la señal que se ha entregado es importante”.
En la oposición, en todo caso, el escenario no es mucho más feliz. Si bien serían más proclives a llegar a acuerdos con “los elegidos”, en comparación con la derecha, también sintieron la “interpelación” de la ciudadanía. Sólo el 14,64 % de los votos fueron por la Lista del Apruebo.
A juicio del timonel del PPD, Heraldo Muñoz, esta elección marca “un rechazo y una lección para la clase política”.
En los mismos términos, su par del PR, Carlos Maldonado, manifestó que ciertamente los chilenos mostraron su voluntad de “cambios profundos”. Indicó que la votación “fue muy coherente con lo que se expresó en el Plebiscito de octubre”, por lo que aseveró que ahora les toca saber leer aquello.
Desde el Frente Amplio y PC, en tanto, se enfocaron en celebrar. Aunque la lista “Apruebo Dignidad” también estuvo lejos de convertise en mayoría (18,5%), sonrieron. Beatriz Sánchez y Constanza Schönhaut, ambas electas como constituyentes, graficaron esa sensación y aseverando que, con los resultados obtenidos, el bloque se “consolida”.
Daniel Jadue, por su parte, aseveró que el clamor por transformaciones no se limita a la Constitución, sino que también habla de la necesidad “de un gobierno popular que lidere todos los cambios y que tenga una lealtad irrestricta con el pueblo de Chile”.