Cristián Monckeberg va a la constituyente. El distrito 10 es uno de los más emblemáticos, ya que considera a la comuna de Santiago. Pero también a La Granja, Macul, Providencia, San Joaquín y Ñuñoa.
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La conexión de Cristián Monckeberg con esta última fue lo que lo motivó a renunciar a su cargo de ministro de Desarrollo Social y Familia en el gobierno actual y lanzarse como candidato a constituyente por este distrito en particular.
Monckeberg, quien ha sido también ministro de vivienda en este periodo y ministro secretario general de la Presidencia en la primera etapa de Sebastián Piñera, lleva décadas en política.
De profesión abogado, ha sido también concejal de Ñuñoa, diputado y presidente de Renovación Nacional.
¿Por qué renunció al cargo de ministro para iniciar esta candidatura?
—Fue una decisión que analizamos en familia. Pero este es un proceso histórico, donde creo que la experiencia que tengo al servicio de las personas podía ser sin duda un aporte. Decidí ir por el distrito 10 porque soy santiaguino y porque tengo una fuerte conexión con Ñuñoa. Fui concejal de esa comuna, incluso en ella hay una calle con el nombre de mi padre. Este distrito es, además, un buen reflejo de la realidad nacional con toda su diversidad.
¿Cómo ha sido la campaña en terreno? ¿Le han pedido explicaciones por el estallido social?
—Ha sido una campaña intensa, de mucho diálogo. Pero no he recibido malas palabras. Siento que hay un anhelo en general de la ciudadanía de que el país vuelva a los cauces de normalidad en cuanto a tranquilidad, trabajo y de ser un país mas seguro. Pero también hay muchos sueños enfocados en que las cosas mejoren. Sí, hay rabia por los abusos y falta de dignidad, pero también hay temor: la gente quiere que el proceso resulte bien. Mi compromiso es abrir diálogos para que esto funcione de buena manera.
¿Qué temas priorizaría en caso de resultar elegido?
—Para mí hay cuatro pilares. El primero, mantener la capacidad de dialogar y escuchar a la ciudadanía. El segundo, llevar causas sociales a la nueva Constitución: acceso a la vivienda, pensión básica universal y salud. En tercer lugar, se requiere de un Estado eficiente al servicio de las personas, que hoy día no lo hay. Y finalmente, poner sobre la mesa dos temas más: los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y lograr la igualdad de hombres y mujeres sin letra chica.
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¿Cómo debe ser para usted la vivienda digna?
— Para mí, el concepto es vivienda digna y adecuada, ciudad justa y la integración social. Eso significa que las casas tengan acceso a la salud, colegios cerca, comercio, áreas verdes. Una ciudad integrada. Los últimos dos gobiernos han hecho esfuerzos en estas materias, pero aún falta bastante. También se ha avanzado en materia de acceso a la vivienda en sectores medios, pero sigue siendo insuficiente. Depende de los decretos, gobierno o ministros de turno. Pero si está en la Constitución es muy distinto, porque va a pasar a ser una prioridad permanente para los futuros gobiernos. Por eso es importante que las causas sociales estén en la futura constitución. Así como la vivienda, también una pensión básica universal.
¿Ve posible avanzar en estas materias en la Convención Constitucional?
—Una vez pasada la elección, y sabiendo quiénes estarán adentro, uno puede hacer un análisis político más detallado. Pero hay que dejar en claro que este proceso histórico no es lo mismo que un congreso. Acá no debe haber espacio para trincheras. Soy optimista, creo que cada vez más las personas están tomando conciencia de que estamos eligiendo gente que pueda llegar a acuerdos, no sólo para ir a pelear. Las personas están optando por candidatos preparados y abiertos al dialogo. Creo que eso va a ser lo que va a primar entre la gran mayoría. No me preocupa la regla de los tercios. Creo que con gente de izquierda e independientes vamos a lograr los acuerdos de buena manera. Si no llegamos a acuerdos, nos van a pifiar; si no estamos a la altura, esto va a fracasar en mala.
¿Qué tan compleja será la primera tarea, que es ponerse de acuerdo en el reglamento?
—Es básico. Ahí vamos a tener la primera prueba de fuego. Ojalá que salga rápido. Porque si nos quedamos enrededados en temas como cuánto tiempo tenemos para hablar, no vamos a llegar a ninguna parte. El tiempo es corto, hay que avanzar para que el máximo de tiempo se le dé al contenido.
¿Modificaría el modelo presidencial? ¿Por cuál?
—Creo que hay que avanzar hacia un semipresidencialismo, pero con poderes equilibrados. Por ejemplo, un presidente como jefe de Estado, electo por la ciudadanía. Y un jefe de gobierno o primer ministro, designado por el Presidente. ¿A qué me refiero con equilibrados? Con pesos y contrapesos. Por ejemplo, que el Ejecutivo tenga la capacidad de disolver la Cámara, así como la Cámara tenga la capacidad de sacar al primer ministro si corresponde. También se hace necesario tener un defensor ciudadano y mayor participación de la ciudadanía en el propio gobierno.
Presidenciales: “Desbordes conecta con la ciudadanía”
Para Monckeberg, otrora presidente de Renovación Nacional, el foco hoy está en las elecciones locales y de la Convención. Sin embargo, dice que “cuando los candidatos presidenciales se desplieguen, la gente tendrá que evaluarlos a través de los debates y ver si responden a los anhelos que nos dejaron claros en octubre del 2019”.
En este sentido, Monckeberg detaca que Mario Desbordes, el abanderado de su partido, “conecta con la ciudadanía”.
“Mario tiene claro que la gente pide respuestas sociales claras y directas, mayor dignidad y no más abusos”, dice.
Mejoras para la seguridad, según Monckeberg: “Que el Fiscal Nacional sea elegido por la gente”
Según Monckeberg, “desde la Constitución hay mucho que se puede hacer en materia de seguridad”.
“El derecho de vivir en paz puede ser una frase que suena bonito, pero se necesitan acciones concretas”, enfatiza. ¿Ideas? El candidato a constituyente dice que “los municipios deben contar con más facultades y se necesita una defensoría de las víctimas real”. “Además, que el Fiscal Nacional sea elegido por la gente. ¿Por qué tiene que ser designado?”, añade.
También plantea que “se reevalúe el tema de los policías. Podrían ser comunales, sectoriales, especializadas”, cierra Monckeberg.
“El derecho de vivir en paz puede ser una frase que suena bonito, pero se necesitan acciones concretas”