Japón se carateriza por sorprender cada cierto tiempo con excentricidades. Y la última es la creación de una cabina telefónica no conectada a la red de comunicaciones, destinada a «hablar» con seres queridos muertos.
Quine ideó esta cabina es Itaru Sasaki, y la construyó en un jardín en el pueblo de Otsuchi, ubicado a unos 500 kilómetros de Tokio. La bautizó «El teléfono del viento» y se motivó tras el fallecimiento por cáncer de un primo. Ahora, muchos llegan al lugar para conversar con lo que ya no están.
«Hay personas que no pudieron despedirse de sus seres queridos. Hay familias que desearían haber dicho algo al final, si hubieran sabido que no volverían a hablar con alguien de su entorno», dijo Itaru Sasaki.
Muchos sobrevivientes del terremoto y posterior sunami del 11 de marzo de 2011 llegan al «Teléfono del viento» para «comunicarse» con fallecidos.
De hecho, son miles los que arriban desde todo Japón al sitio, cuya conmovedora historia inspiró una película llamada «Kaze no denwa»… «El telefono del viento».