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Antonia Orellana, candidata constituyente: “Este país, que se dice ‘provida’, castiga la maternidad”

La joven periodista, candidata a constituyente por el distrito 10, cree que hay mucho por hacer en materia de género en la nueva Constitución. Y asegura que el feminismo “es una pregunta transversal a toda la sociedad”.

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“Con todas, si no pa qué” es una frase que sin duda puede vincularse a la candidatura de Antonia Orellana. Con 31 años, la joven periodista muestra una visión amplia del feminismo que sin duda considera necesaria de aplicar en la Constitución.

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Destaca que el feminismo no puede ser sin las transexuales. Asimismo, critica a las feministas que, en medio del retorno a clases, han justificado este hecho señalando que no tener colegios afecta a las mujeres que son madres. “Las profesoras también lo son”, recuerda la profesional de las comunicaciones, que es hija y nieta de profesoras.

Militante de Convergencia Social (Frente Amplio), va de candidata a la Convención Constitucional por el distrito 10, que considera las comunas de La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago, uno de los más competitivos. Integra la lista “Apruebo Dignidad” y considera que “el mayor desafío es que la gente entienda el valor de su voto”.

¿Por qué decidiste competir en el distrito 10?

—Porque es el distrito en donde vivo. No quería hacer turismo de campaña. Yo fui al liceo y a la universidad en este distrito. Otro punto importante es que tengo un hijo de dos años y mi red de apoyo para cuidarlo está acá. Hacer campaña en otro lado implicaba hacer menos campaña o dejar de verlo.

¿Cuáles son tus ejes de campaña?

—Tengo tres ejes de campaña. El primero, destacar el protagonismo popular, generar transparencia y asegurar la participación ciudadana en la Convención Constitucional (…). El segundo apunta a la unidad en la diversidad. No hay una sola voz del feminismo.

Antonia Orellana Crédito: Carlos Gónzalez Moya

¿En qué sentido?

—El feminismo es una pregunta transversal a toda la sociedad, que tenemos que contestar desde la diversidad y conseguir así los cambios que queremos en la convención.

¿Y el tercer eje?

—El tercero tiene que ver con que sabemos que se pueden consagrar muchas cosas en el papel, pero que no se traducen en cambios. Entonces, propongo no solo consagrar nuevos derechos, y agregar enfoque de género a los existentes, sino que también modificar las estructuras base para el ejercicio del derecho. Hablamos de derecho social: vivienda, educación, salud, agua.

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¿Crees que el acceso a la educación y al trabajo es más difícil para las mujeres?

—Se vincula con lo que hemos observado este año: el retroceso en la inversión laboral femenina en el mercado formal. Eso tiene que ver con que este país, que se dice “provida”, castiga la maternidad asignándole sólo a las mujeres el costo social de los cuidados. Todas las personas necesitamos cuidar o ser cuidadas en algún momento de nuestras vidas. Cuando somos niños o cuando pasamos a ser adultos mayores dependientes. Ese costo mayormente pasa al hombro de las mujeres. Esa privatización del costo del cuidado es el principal obstáculo para que las mujeres se integren a la educación y al mercado laboral formal. Más que hacernos los lesos sobre eso, que sucede, mi propuesta es integrar la corresponsabilidad, especialmente en el caso de los hijos. Esto no puede quedar al arbitrio de las familias.

¿Y cómo se regularía?

—Hemos visto muchos casos de adultos mayores abandonados en pandemia y eso no puede pasar. La propuesta es consagrar el trabajo doméstico y de cuidado, y por otro lado, hacer un Sistema Nacional de Cuidados que sea articulado desde la infancia a la vejez. Así entregar una red de apoyo en casos en que no haya una red familiar. Y eso pasa mucho, las personas están muy solas.

Antonia Orellana Crédito: Carlos Gónzalez Moya

¿Qué debe mejorar el Estado en pandemia?

—Hay que extender nuevamente el posnatal de emergencia.E incluir a las personas cuidadoras a la vacunación, cosa que actualmente ha quedado al arbitrio del personal de salud. Otro tema importante: desde la Unesco hasta los profesores han dicho lo terrible que es no tener clases presenciales, pero no puede ser al costo de la vida de los niños. También hay que considerar que el profesorado es un gremio de muchas mujeres. Yo soy hija y nieta de profesoras, y me molesta cuando escucho a algunas feministas decir que las mujeres no pueden pagar el costo de la no vuelta a clases, como si las profesoras no fueran mujeres. Ellas tampoco tienen con quién dejar a sus hijos.

¿El feminismo incluye a las mujeres trans?

—El feminismo no puede ser transexcluyente. Bueno, dicen algunas, pero el feminismo nunca incluyó a las personas trans en el último siglo. Les respondería que las personas trans han estado excluidas de la vida política y pública, al igual que en algún momento las mujeres, durante el último siglo. Por lo tanto, comparecen como un nuevo sujeto político, y nos habla de diversidad.

Lenguaje inclusivo: con todos y todas

“Ahí hay una cosa, que las personas que trabajamos con el lenguaje sabemos. En lo que a lingüística se refiere, el uso antecede a la norma. La RAE, a la que tanto le gusta citar a los enemigos del lenguaje inclusivo, es un organismo que sistematiza conversiones del lenguaje, va tomando los signos de los tiempos”.

“Por la inclusión de las personas con discapacidad ocular y auditiva y por los programas lectores que utilizan, intento siempre ocupar adjetivos y palabras que puedan ser inclusivas y que sean fáciles de procesar esos dispositivos. Pero al escribir con la @ o la x entre medio, estos programas se confunden. Esto va a ir mutando con el tiempo”, dice.

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