«No tienen pruebas en su contra y tampoco las van a tener. Con mi hermano no…». Así de tajante reaccionó Elisa Martínez al conocer que el Juzgado de Garantía de Arauco desacreditó la imputación a su hermano, Jorge Eduardo Escobar, hasta ahora único sospechoso del asesinato del pequeño Tomás Bravo.
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Y es que a juicio de la mujer, no hay ninguna pista que dé cuenta de la participación de su hermano en la muerte del pequeño de tres años. Misma convicción a la que arribó la jueza, pues rechazó la petición de prisión preventiva para Escobar, quien de todas formas deberá seguir privado de libertad a la espera de que de que la Corte resuelva la apelación presentada por el Ministerio Público.
De todas formas, evidentemente conforme con el resultado de la audiencia, la abuela de Tomás indicó: «Hay que seguir investigando hasta encontrara la verdad. No vamos a descansar hasta que se sepa quiénes fueron los reales culpables. Estamos tranquilos, porque no han habido pruebas y no lo digo porque sea mi hermano, sino porque es obvio que no tiene nada que ver con esto».
En ese sentido, cuestionó en duros términos el trabajo del Ministerio Público. Manifestó que el juez a cargo, José Ortiz, «desde el primer momento, antes de tomar la carpeta, se adelantó a los hechos, para hacer el trabajo fácil. Querrá cerrar el caso, pero está haciendo un muy mal su trabajo».
De acuerdo con la visión de Martínez, al persecutor le gusta mucho hablar con la prensa en lugar de conversar con la familia, e insistió en que se apresuró en formalizar a un presunto responsable, porque no tiene pruebas. Aseveró, en esa línea, que se han sentido pasados a llevar con su «frivolidad».
Elisa Martínez, además, sinceró que ha pedido en varias ocasiones que se haga un cambio de persecutor.
