“De pronto me vino mucha angustia y rabia y en un acto de arrebato, tomé el teléfono y lo tiré al suelo, lo pisé y rompí”, sostuvo Paola Dürr, la madre de Martín Pradenas.
Y así parte la historia del celular del imputado, el cual tendría los mensajes de WhatsApp que le habría enviado a Antonia Barra, amenazándola, tras haberla violado.
La madre de Pradenas siempre sostuvo que ese celular ya no existía, pero este jueves la PDI dijo otra cosa…lo encontraron.
Lo tenía una mujer que declaró haberlo comprado en el mercado informal.
Pero ahora la pregunta es…¿qué pasará con Paola Dürr, al haber mentido en su declaración?
Familia puede encubrir
En redes sociales de inmediato la pregunta era qué represalia podría haber en contra de la mamá de Martín Pradenas, quien cumple presión preventiva por delitos de violación y abuso sexual contera varias víctimas, además de Antonia Barra.
Y la legislación chilena es clara: no le pasará nada. En el país, los parientes no son castigados por encubrimiento. Las mentiras en las investigaciones son punibles, sólo cuando llevan al fiscal a acusar o pedir la prisión preventiva de una persona, lo que en este caso no ocurrió.
«Están exentos de las penas impuestas a los encubridores los que lo sean de su cónyuge, de su conviviente civil, o de sus parientes por consanguinidad o afinidad en toda la línea recta y en la colateral hasta el segundo grado, de sus padres o hijos, con la sola excepción de los que se hallaren comprendidos en el número 1° de este artículo», que dice relación a: «aprovechándose por sí mismos o facilitando a los delincuentes medios para que se aprovechen de los efectos del crimen o simple delito», precisa el artículo cuatro del apartado de encubrimiento del código penal.
En tanto, la ley establece además que «no estarán obligados a declarar el cónyuge o el conviviente del imputado, sus ascendientes o descendientes».