La Brigada de Homicidios encontró el cuerpo del pequeño Tomás Bravo, quien había sido buscado intensamente por un equipo multidisciplinario durante 9 días.
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De acuerdo a los antecedentes, el cadáver estaba en una zanja, en un predio cercano a la casa de la familia materna del menor, a dos kilómetros del sector Caripilún, específicamente en Raqui Bajo.
Tras el hallazgo y de acuerdo a lo que reveló el fiscal a cargo, se ordenó la inmediata detención del tío abuelo del menor por el cargo de homicidio simple, orden que fue ejecutada de forma inmediata.
La desaparición de Tomás
El rastro del menor se perdió cuando salió la tarde del miércoles 17 de febrero, a encerrar ganado con su tío abuelo, quien lo dejó solo un momento para buscar una vaca que se había quedado en el camino. Al regresar, el niño ya no estaba.
Las cuatro hipótesis de la investigación eran un accidente, a la acción de terceros, a un atropello y un secuestro, de las cuales ahora sólo una sigue en curso: el homicidio.
Por otro lado, el fiscal a cargo del caso José Ortiz, sostuvo que se realizarán peritajes para determinar si hubo violencia sexual contra el pequeño.