A las 5:30 p.m. del 19 de enero, la noche antes de que Biden preste juramento, el comité celebrará una ceremonia de iluminación alrededor de la piscina reflectante del Memorial de Lincoln en memoria de las personas que han perdido sus vidas en la pandemia del coronavirus en Estados Unidos. Joe Biden será presidente de Estados Unidos al mediodía del 20 de enero en una ceremonia de toma de posesión reducida. Aunque los elementos clave seguirán siendo tradicionales, muchos eventos serán reducidos y “reestructurados” para adaptar mejor la celebración a un país que lucha contra el coronavirus. También se debieron tomar medidas de seguridad adicionales, ya que se esperan disturbios en la capital Washington D.C.
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¿Cómo será el cambio de mando?
Aunque muchos de los eventos serán virtuales, Maju Varghese, el director ejecutivo del Comité de Toma de Posesión Presidencial, dijo que el objetivo es una “celebración incluyente y accesible que una a los estadounidenses y unifique a nuestra nación, en especial durante un momento tan difícil para nuestro país”.
Biden será juramentado por el presidente de la Corte Suprema, John G. Roberts Jr, en el Frente Oeste del Capitolio antes del mediodía. Se espera que el nuevo presidente dé un discurso inaugural y pase revista a las tropas militares, como es tradición.
Pero en lugar del desfile que recorre la Avenida Pennsylvania frente a espectadores que aplauden mientras el nuevo presidente, la vicepresidenta y sus familias se dirigen a la Casa Blanca, habrá una escolta oficial con representantes de todas las ramas del ejército a lo largo de una cuadra de la ciudad.
Para los espectadores remotos, el comité inaugural ha planeado lo que llama un desfile virtual por todo el país con música, poetas y bailarines “que rindan homenaje a los héroes de Estados Unidos en las primeras líneas de la pandemia”.
¿Se esperan disturbios?
Durante semanas, Washington se ha preparado para la posibilidad de que haya manifestantes. Pero la capital de la nación fue puesta en alerta máxima después de que una turba violenta irrumpió en el edificio del Capitolio el miércoles 6 de enero y obligó a los legisladores a detener el conteo oficial de los votos del Colegio Electoral que se celebraba para confirmar la victoria de Biden.
La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel E. Bowser, ha advertido que los extremistas que apoyan a Donald Trump podrían seguir causando estragos y ha extendido la emergencia pública de la ciudad hasta el 21 de enero.
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El FBI y el Servicio Secreto han incrementado los esfuerzos de seguridad en torno a la ceremonia de posesión. Los expertos han advertido que algunos grupos extremistas de extrema derecha ya están discutiendo un asalto para ese día similar al mortal ataque al Capitolio.
Los disturbios en el día de la toma de posesión tienen precedentes: durante la de Trump en 2017, multitudes en Washington dañaron fachadas de tiendas, lanzaron piedras y ladrillos a los agentes de policía y prendieron fuego a una limusina en protesta por la elección de Trump. El día terminó con más de 200 arrestos.
¿Asistirá el presidente Donald Trump?
El presidente Trump anunció el viernes que no asistirá a la toma de posesión de Biden. El presidente electo, Joe Biden, dijo que la decisión era “una de las pocas cosas en las que él y yo hemos estado de acuerdo”.
Aún así, es una gran ruptura con la tradición que un presidente no asista a la ceremonia en el corazón de la democracia del país: la transferencia pacífica del poder.
El vicepresidente Mike Pence asistirá, dijo un asesor el sábado, después de que Biden dejase claro el viernes que era bienvenido.
Solo tres presidentes han faltado a la juramentación de su sucesor: John Adams en 1801, su hijo John Quincy Adams en 1829 y Andrew Johnson, un demócrata que se perdió la toma de posesión de 1869 después de ser reemplazado por un republicano, Ulysses S. Grant.
¿Por qué es tan importante la toma de posesión presidencial?
La Vigésima Enmienda de la Constitución requiere que el mandato de cada presidente y vicepresidente electo comience al mediodía del 20 de enero del año siguiente a la elección. Todos los presidentes han hecho el juramento, y no se puede asumir el cargo sin juramentar.
Simbólicamente, el evento marca la transferencia pacífica del poder del presidente actual al siguiente. El día de la toma de posesión será aún más importante este año, ya que Biden llega a la presidencia en un momento en que la división política ha amenazado las instituciones democráticas de la nación y su predecesor ha hecho todo lo posible por mantenerse en el poder.
La toma de posesión es también una notable oportunidad para recaudar fondos para el presidente entrante. Aunque los eventos tradicionales como los bailes han sido cancelados, el comité inaugural de Biden ofrece una “participación VIP” especial a las corporaciones y a los individuos adinerados que pueden usar la oportunidad para ganarse el favor del nuevo gobierno.
El sobrante de donaciones no puede transferirse a las campañas federales o a los comités de los partidos. Los comités inaugurales anteriores han donado los fondos que no gastaron a organizaciones benéficas de ayuda en caso de desastre, así como a grupos dedicados al ornato y mantenimiento de la Casa Blanca y la residencia vicepresidencial.