El Partido Demócrata ha presentado este lunes la solicitud formal de apertura de juicio político o ‘impeachment’ contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por un único artículo de «incitación a la insurrección» por su apoyo a las movilizaciones que culminaron con el asalto al Capitolio por miles de sus simpatizantes el pasado 6 de enero.
Los plazos impiden destituir a Trump antes del 20 de enero que tomará posesión Joe Biden, pero sí permitirían inhabilitarle para ejercer cargos públicos y presentarse a la reelección en 2024.
Los miembros de la Cámara de Representantes por el Partido Demócrata David Cicilline, Ted Lieu y Jamie Raskin suscriben la solicitud de apertura del proceso de destitución contra Trump por «incitar premeditadamente a la violencia contra el Gobierno de Estados Unidos».
La moción para la tramitación de urgencia de la solicitud ha sido recurrida por los republicanos, pero el proceso de juicio político contra Trump está ya formalmente abierto.
El texto presentado sostiene que Trump repitió afirmaciones falsas sobre su supuesta victoria en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre y arengó a sus seguidores en un discurso retransmitido el propio 6 de enero.
Igualmente menciona la llamada telefónica de Trump al secretario de Estado de Georgia para presionarle para que le «buscara» un millar de votos para dar la vuelta al resultado a las elecciones en dicho territorio.
«Con todo ello, el presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de Gobierno», señala la resolución, a la que ha tenido acceso anticipado la cadena CNN. «Amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió en la pacífica transición de poderes y puso en peligro el equilibrio de poderes del Gobierno. Por consiguiente, traicionó su confianza como presidente para herir a las gentes de Estados Unidos», añade.
Trump se convertirá con este proceso en el primer presidente de Estados Unidos en ser sometido a dos procesos de destitución después de que en febrero de 2020 fuera absuelto tras ser acusado de abuso del poder presidencial y obstrucción al Congreso por presionar a dirigentes de Ucrania para que investigaran a su rival político, Joe Biden, y a su hijo Hunter Biden por sus actividades empresariales.
Proceso de destitución
El proceso para juzgar un presidente está recogido en la Constitución y arranca en la Cámara de Representantes, en una primera fase en la Comisión de Justicia y, a continuación, en el pleno. Una mayoría simple es necesaria para iniciar el proceso, por lo que los demócratas se bastan para impulsar el juicio político.
En la historia de Estados Unidos sólo en tres ocasiones la Cámara de Representantes ha dado ‘luz verde’ al juicio y en los tres casos –Andrew Johnson, en 1868; Bill Clinton, en 1998, y el propio Donald Trump, en 2019–, el color político de la Cámara Baja era diferente al de la Casa Blanca. Richard Nixon se salvó en 1974 de un proceso en ciernes al presentar su dimisión por el caso ‘Watergate’.
En caso de que la Cámara de Representantes avale el impeachment, la pelota pasa al tejado del Senado, el órgano al que corresponde el desarrollo del juicio político.
Llegados a este punto, al presidente acusado sólo le quedan dos escenarios posibles: la absolución, como le ocurrió a Johnson, Clinton y al propio Trump, o el cese, para lo cual es necesario que dos terceras partes del Senado -67 escaños- voten a favor. Estados Unidos nunca ha visto caer a un presidente por este sistema.
Sin embargo, podría aprobar por una mayoría simple que tendrán los demócratas en cuanto la vicepresidenta Kamala Harris tome posesión inhabilitar a Trump para ejercer cargos públicos e impedirían así que se presentar a las elecciones presidenciales de 2024. Tras las victorias demócratas en los dos últimos comicios para reemplazar a dos senadores de Georgia, la Cámara Alta está empatada a 50 votos para demócratas y republicanos, pero el vicepresidente, ahora Mike Pence y a partir del 20 de enero Kamala Harris, tienen voto de calidad como vicepresidentes del Senado.