Esfuerzo Pyme

El Mundo Monchita Dolls tiene nuevos habitantes

La reciente colección que tengo se llama fantasía y colores.

Randina Gajardo es muñiartista, es decir, diseñadora de muñecas de tela. Actividad que realiza hace más de 20 años desde su casa en el mineral El Salvador, en la Región de Atacama. Ciudad que pertenece a la división Codelco, último campamento minero.

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“Mi emprendimiento parte al nacer mi hijo, a quien le empecé a hacer su ajuar y sus primeros muñecos. Luego nació mi segundo niño, quien es Asperger, bastante rebelde. Con una personalidad muy distinta a la del mayor, y con una amiga psicóloga buscamos la vía para que él se relajara. A raíz de eso creamos una segunda línea de muñecos Minimí, que tiene que ver con el tema del apego”, relata Randina a Esfuerzo Pyme y Publimetro.

Tus hijos son tu inspiración…

Sí, absolutamente. Cada línea de muñecas ha sido creada sobre la base de las etapas de mis hijos. Tras los dos mayores nació mi hija Monserrat (hoy tiene 15), y ahí aparece la línea Monchita Dolls. Entonces la versión de muñecos son la inspiración de mis hijos y las muñecas por mi hija. En todo mi trabajo yo plasmo el recuerdo de la infancia de mis tres hijos.

Y tal como sus hijos crecieron, el mundo de Monchita también fue evolucionando. “He ido innovando cada año. La reciente colección que tengo se llama fantasía y colores”, continúa esta emprendedora nortina.

¿Cuál es la inspiración?

Fue creada porque mi hija cumplió 15 años. En base a eso quise desarrollar algo que plasmara colores, fantasía e ilusión. Orientado en el apego, donde los chicos pudieran poner y sacar la ropita a las muñecas. También tenemos dinosaurios, brujitas y un pesebre. Este último se llama Divina Familia.

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En redes también vino un cambio: “Por cinco años he estado sólo en Facebook (monchitadolls) y ahora aprendí a usar Instagram, @monchita_dolls , que es absolutamente distinto. La pandemia, en mi caso puntual, ha sido un factor muy positivo, porque este año me di el tiempo de actualizarme e hizo que la gente aprendiera más la modalidad de compra online, porque la gente no lo sabía usar y ese es un factor muy positivo para mí”, relata a Esfuerzo Pyme y Publimetro Randina.

¿En qué sentido te ha ayudado?

Antes, cuando decía que vivía en el mineral El Salvador nadie o pocos sabían dónde quedaba. La mayoría me decía: ‘Tú eres de Centroamérica’, entonces la gente era reticente a comprar, porque le sonaba desconocido, lejos.

Hoy, gracias al cambio de switch es como al revés. Ahora el mismo hecho de que la Monchita Dolls viva lejos de la cuidad le da algo místico, un plus. Además, que hoy las redes me han permitido los envíos a todos lados y más rápido. Antes mandaba una muñeca a Puerto Montt y se demoraba siete días; ahora, con suerte, cuatro.

¿Cómo te relacionas con tus clientes?

Conozco a mis Monchi Lovers desde la guatita. Nosotros hemos sido parte del desarrollo de los niños, casamiento, baby showers, etc. Mis muñecas son el reflejo del cariño de mis clientes para con sus festejados.

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