Una operación de búsqueda en un edificio que colapsó durante la explosión del mes pasado en Beirut se suspendió este domingo después de que los rescatistas no hallaron más sobrevivientes.
La operación en el histórico distrito Mar Mikhail cautivó al Líbano desde el jueves, cuando surgió la esperanza de que un sobreviviente fuera encontrado bajo los escombros tras la explosión del 4 de agosto que mató a 191 personas y dejó a casi 6.500 heridos. Siete personas siguen desaparecidas.
La devastadora explosión de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut provocó un extenso daño en varios vecindarios. La capital libanesa todavía no se recupera, al quedarse un cuarto de millón de personas sin hogar.
El último operativo de rescate comenzó el jueves cuando un perro rastreador chileno alertó durante un recorrido por las calles de la zona la detección de un posible pulso humano bajo los escombros de un edificio que colapsó. Los rescatistas utilizaron grúas, palas y sus manos durante la meticulosa búsqueda después de que un dispositivo detectara una señal.
Flash, el perro blanco y negro de 5 años, inspeccionó el edificio varias veces al día mientras trabajadores removían los escombros. Fotografías de Flash, con zapatos rojos para proteger sus patas, circularon en redes sociales y el perro se convirtió en un héroe para muchos libaneses.
El líder del equipo chileno, Francisco Lermanda, dijo el sábado a la prensa en el lugar de la escena que no habían encontrado cuerpos entre los escombros. Agregó que las señales de pulso escuchadas posiblemente eran de algún socorrista.
En días pasados, el equipo chileno ha exhortado a las personas en las calles, incluidos los periodistas, a apagar sus celulares y permanecer callados durante varios minutos a la vez para evitar interferencia con sus dispositivos.
Lermanda dijo que buscarían en una acera después de lo cual declararían concluida la operación. No estaba claro si continuaría con la búsqueda de cadáveres.
Dos días después de la explosión, un equipo de rescate francés y voluntarios libaneses de seguridad pública peinaron el mismo edificio, que tenía un bar en la planta baja. En ese momento, no encontraron motivos para pensar que hubiera alguien en el sitio.