En vísperas del Día del Trabajo en Estados Unidos, que se celebra este lunes, los sindicatos que representan a millones de personas en varios sectores de la clase obrera amenazan con autorizar paros laborales en apoyo del movimiento Black Lives Matter, en medio de llamamientos a favor de medidas concretas que aborden la injusticia racial.
En una declaración compartida por primera vez con The Associated Press, los líderes sindicales que representan a los maestros, trabajadores de la industria automotriz, camioneros y personal administrativo, entre otros, indicaron el viernes su disposición a intensificar las tácticas de protesta para obligar a los legisladores locales y federales a tomar medidas sobre la reforma de las fuerzas policiales y el racismo sistémico. Dijeron que los paros, si siguieran adelante con ellos, durarían todo el tiempo que fuera necesario.
“El statu quo -de la policía matando a personas negras, de nacionalistas blancos armados matando a manifestantes, de millones de enfermos y cada vez más desesperados- es claramente injusto, y no puede continuar”, dice la declaración. La firmaron varias filiales de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, distritales y Municipales, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios y afiliados de la Asociación Nacional de Educación.
El movimiento sindical en general se ha hecho oír cada vez más desde el homicidio, el 25 de mayo, de George Floyd, un hombre negro esposado que murió cuando un policía blanco presionó con su rodilla el cuello de Floyd durante casi ocho minutos en el curso de un arresto por dinero falso.
La muerte de Floyd en Minneapolis desencadenó una oleada de protestas y disturbios sin precedentes de costa a costa este verano. En julio, los trabajadores sindicalizados organizaron una huelga de un día con trabajadores de la industria de servicios, cadenas de comida rápida y la economía independiente para denunciar la falta de protección contra la pandemia del coronavirus para los trabajadores esenciales, un sector donde los negros e hispanos son desproporcionadamente más numerosos.
Ahora, luego del baleo en agosto de Jacob Blake, un hombre negro gravemente herido por un policía blanco en Kenosha, Wisconsin, los líderes sindicales dicen que están siguiendo el ejemplo de varios atletas profesionales, que la semana pasada organizaron huelgas a raíz del suceso. Los partidos de básquetbol, béisbol y de la liga de tenis tuvieron que posponerse. Algunos deportistas reanudaron los juegos sólo después de conversar con las autoridades de las ligas sobre formas de apoyar el impulso a las reformas en los departamentos policiales y honrar a las víctimas de la violencia policial y patrullas ciudadanas.
Aunque algunos sindicatos tienen antecedentes de excluir a trabajadores por motivos de género o raza, el matrimonio entre los movimientos por la justicia racial y laboral se remonta a décadas. Esa alianza se mostró de manera más prominente durante la Marcha de 1963 en Washington por el Empleo y la Libertad, que presentó las visiones del reverendo Martin Luther King Jr. y el representante John Lewis y fue organizada por A. Philip Randolph, un ícono negro del movimiento laboral.
Hoy en día, los trabajadores negros tienen más probabilidades de estar sindicalizados que cualquier otro segmento de la fuerza laboral, como resultado de décadas de colaboración entre activistas laborales y de derechos civiles, dijo el profesor de la Universidad de Nueva York e historiador de derechos civiles Thomas Sugrue.
“Esa conexión sólo se ha intensificado debido a la importancia de los trabajadores de color, particularmente los afroestadounidenses, en el movimiento laboral”, dijo Sugrue.
Los empleadores públicos y privados se enfrentan a un momento de “¿de qué lado estás?” debido al creciente apoyo al movimiento Black Lives Matter, dijo Maurice Mitchell, director nacional del Partido de las Familias Trabajadoras y un organizador líder en la organización Movement for Black Lives, una coalición nacional de 150 organizaciones lideradas por activistas negros.
“Si yo fuera un tomador de decisiones que estuviera analizando cumplir o no con las demandas de los sindicatos, estaría asustado”, dijo Mitchell. “Este movimiento se está extendiendo. Hemos estado constantemente en las calles, estamos avanzando en el frente electoral y ahora estamos viendo esta conversación en los niveles más altos de la mano de obra”.