Los hongos alucinógenos han sido por décadas utilizados por nuestros ancestros en rituales de conocimiento personal, de iluminación y de reconocimiento de la propia historia. Ahora, a través de series de Netflix, por ejemplo, como el capítulo de En pocas de palabras de la mente y los alucinógenos, o como el documental Have a good trip, conocemos que la idea de la psicodelia como tratamiento a enfermedades está en boca de los científicos más revolucionarios del mundo.
La psilocibina, presente en este tipo de hongos, ha sido estudiada principalmente por sus efectos sobre la salud mental consumida en microdosis y por esto, el gobierno de Canadá otorgó permisos por primera vez en su historia para su uso medicinal.
Si alguna vez has probado los hongos alucinógenos, sabrás que el cerebro funciona de forma distinta a lo habitual. En el episodio de en pocas palabras, describe el pensamiento como una montaña con nieve, que al pasar día y noche por el mismo lugar, se forman caminos preestablecidos. Al consumir hongos, para la actividad cerebral es como si nevara, olvidando esos caminos y formando nuevas conexiones neuronales.
El portal Slash Gear, describió el estudio de un grupo de pacientes con enfermedades terminales que lograron aceptar su mortalidad gracias a microdosis de hongos alucinógenos. Se detalló que el uso de la psilocibina ayudó a resolver la depresión y ansiedad.
Tomando estos estudios como referencia, Canadá otorgo permisos a cuatro personas con cáncer terminal para experimentar una una terapia psicodélica asistida, pare reducir la ansiedad y el miedo a la muerte.
En Canadá, la psilocibina se encuentra entre las sustancias prohibidas, tanto su uso médico como recreativo, por lo que este permiso se trata de una excepción, pero abre la puerto a otros tratamiento paleativos cuando las enfermedades ya no tienen vuelta atrás.