“Viendo lo que sucedió en Ecuador y en otros países, el compromiso de nuestra industria es que vamos a aumentar la producción para que ninguna familia chilena que necesite sepultar a uno de los suyos no tenga dónde depositar el cuerpo o deba recurrir a una urna de cartón”.
La frase, durísima en cualquier época y más en medio de la angustia de una pandemia, es de Nicolás Bergerie, dueño de la fábrica de ataúdes del mismo nombre, quien revela que en los últimos tres meses su empresa aumentó la producción “en un 100% debido a la alta demanda, producto del coronavirus”.
La fábrica de ataúdes ubicada en Quinta Normal distribuye unidades a funerarias desde Iquique hasta Coyhaique. Y en los últimos tres meses, bajo el contexto de pandemia, han tenido más trabajo que nunca.
“Chile tiene un promedio de 115 mil fallecidos al año y uno se prepara para eso. Pero ante esta contingencia, en nuestra fábrica aumentamos en un 100% la producción y eso significó también pasar de un promedio de 20 trabajadores a 32 personas en nuestra dotación”, explica Bergerie a la agencia Aton. El empresario añade que “en estos tres meses pasamos de vender 50 ataúdes semanales, que era la cifra de un año normal, a entregar 100 a 120 a la semana. Estamos produciendo entre 400 y 500 ataúdes al mes”.
Bergerie estima que la mayor demanda se concentró “en la segunda semana de junio, la semana del 8, del 10 de junio. Ahí siento que tuvimos un peack… Es un estimativo, pero por lo que hemos conversado con otros actores de la industria, creo que esa semana fue distinta a todas”.
Sin embargo, el representante de Ataúdes Bergerie reitera que “estamos generando estrategias para generar aún más producción, lo que sea necesario, para que el sistema no colapse”.
Respecto de los protocolos de seguridad, señala que “la disposición sanitaria es clara: nosotros entregamos ataúdes herméticamente sellados”.
